Novedades del derecho y las leyes argentinas para el ciudadano

La alimentación en tiempos de información, lo saludable

La autora analiza las diversas tendencias en la industria alimentaria, con énfasis en el impacto ambiental y la salud respecto de lo que comemos

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Por Dalia Rabinovich

Recientemente, la empresa Taylor & Francis publicó un artículo en el cual analiza los riesgos que conlleva el vegetarianismo en los niños.

El artículo surge a raíz de una publicación de la Academia de Nutrición y Dietética de Estados Unidos en el que se afirma que tanto la carne como la comida de mar pueden ser reemplazados por leche, soja, legumbres y huevo sin ningún efecto negativo sobre la salud.

En los artículos mencionados se otorgan distintas versiones respecto del vegetarianismo. Mientras que la Academia de Nutrición y Dietética afirma que el vegetarianismo es beneficioso para los niños, el artículo establece todo lo contrario: el vegetarianismo podría generar riesgos en la salud.

A continuación, se desarrollarán distintas cuestiones en relación a la alimentación saludable que van más allá del vegetarianismo.

 

Ley de etiquetado y rotulado

En los últimos años se presentaron diversos proyectos de ley que buscan, entre otras cuestiones, la protección de los consumidores en relación a la información alimentaria.

Para ello, se requiere que el etiquetado de los alimentos sea claro y visible (es decir, que se encuentre en un tamaño apto para ser leído y que no oculte información nutricional sobre el alimento en cuestión). La ley de etiquetas pondría un fin a las publicidades engañosas de distintos productos, ya que los consumidores tendrán la posibilidad de analizar los ingredientes.

 

Alimentos ultraprocesados

Según la Organización Mundial de la Salud, los alimentos ultraprocesados son “formulaciones industriales principalmente a base de sustancias extraídas o derivadas de alimentos, además de aditivos y cosméticos que dan color, sabor o textura para intentar imitar a los alimentos (…)”.

Estos productos tienen un elevado contenido en sodio y un bajo contenido en proteína, fibra alimentaria, minerales y vitaminas. Según un estudio de la Universidad de Navarra, un alto consumo de estos alimentos acelera el envejecimiento y acorta la vida.

Existen alimentos ultraprocesados que no contienen carne (en muchos casos, apto vegetarianos) y otros alimentos ultraprocesados que contienen algún tipo de carne.

La verdadera cuestión no recae en el consumo o no de carnes sino en la calidad de los alimentos. En el hipotético caso de que una persona vegetariana se alimente a base de legumbres, verduras y frutas naturales, probablemente lleve una mejor nutrición que quien se alimenta a base de ultra procesados (ya sean productos vegetarianos o no).

Asimismo, si una persona consume una gran cantidad de carnes pero de alimentos ultra procesados, tampoco estaría llevando una alimentación saludable. Es por eso que para aprender a llevar una buena alimentación es necesaria una ley de etiquetado en conjunto con políticas de educación nutricional.

 

El sodio y su regulación en Argentina

La Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos define al sodio como un mineral y uno de los elementos químicos que componen la sal. Si bien el sodio se encuentra en diversos alimentos, un exceso del mismo podría generar riesgos en la salud.

Debido a ello, la Organización Mundial de la Salud recomienda reducir la ingesta de sodio a fin de disminuir la tensión arterial y el riesgo de enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y cardiopatía coronaria en adultos. El consumo de sodio en adultos no debería superar los dos gramos al día.

La República Argentina regula el consumo de sodio a través de la Ley Nº 26.905. La misma promueve la reducción de su consumo en la población. Para ello, establece que la autoridad de aplicación debe determinar los lineamientos de la política sanitaria para promover hábitos saludables.

A su vez, existen alimentos altos en sodio que son apto vegetarianos y otros alimentos altos en sodio que contienen carnes. Lo importante, en este caso, es controlar el consumo de sodio en vegetarianos y no vegetarianos a fin de lograr una alimentación saludable.

 

Ganadería industrial e impacto ambiental

La ganadería industrial es una especie de ganadería intensiva, la cual se basa en el alto rendimiento en la cría de animales. Los mismos son alimentados con productos industriales como antibióticos que reemplazan los cultivos forrajeros.

La ganadería industrial conlleva un impacto tanto ambiental como en la salud de los seres humanos. A nivel ambiental genera deforestación, ya que se requiere de la tala de bosques para la creación de pastizales. Además, este tipo de ganadería es responsable de una alta emisión de gases de efecto invernadero.

Ello se debe a la producción de alimentos para el ganado, la fermentación entérica, los desechos de animales y el cambio en el uso de la tierra. Tanto las emisiones como la contaminación que resultan de la ganadería industrial afectan la calidad del aire y contribuyen al cambio climático.

En relación con la salubridad, la utilización de antibióticos genera en los seres humanos una resistencia a los mismos, disminuyendo la efectividad de dichos medicamentos para uso humano. Según la empresa Sustainable Food Trust, en Europa se estima que veinticinco mil personas mueren cada año por infecciones por resistencia a los antibióticos.

En los Estados Unidos dos millones de personas desarrollan una infección por resistencia cada año. La mayoría se recupera debido a que ciertos antibióticos, algunos de ellos tóxicos, aún son efectivos en la mayoría de los casos.

Esto otorga un indicio de cuántas personas podrían estar en riesgo de morir si los antibióticos se siguen utilizando en la forma en que se viene haciendo. Los costos de los tratamientos y el tiempo en el hospital también resultan una carga para los sistemas de salud y para los individuos, algunos de los cuales resultan perjudicados por los efectos secundarios.

En segundo lugar, el uso de pesticidas expone a los trabajadores agrícolas a una gran cantidad de riesgos. Además, los contaminantes agrícolas impactan en la calidad del agua, del suelo y de la superficie, lo cual afecta tanto a las comunidades urbanas como rurales.

 

Ganadería sostenible y salubridad

A diferencia de la ganadería industrial, la ganadería sostenible propone la adopción de prácticas y tecnologías que contribuyan a un uso eficiente de los recursos naturales.

La ganadería en cuestión busca mejorar los impactos ambientales, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, una mayor eficiencia de producción y disminuir la contaminación del aire, el agua y el suelo.

Los diversos beneficios de las prácticas silvopastoriles incluyen un ganado más saludable, mayor cantidad de suelos ricos en nutrientes y menos emisiones de gases de efecto invernadero.

Debido a que el ganado es más saludable, la ganadería sostenible resulta más beneficiosa para la salud humana que la ganadería industrial.

Además, el hecho de que no se utilicen antibióticos contribuye a que los mismos no afecten la salud pública. Por último, los productos de origen animal otorgan micronutrientes esenciales, como la vitamina B12, vitamina A, hierro, zinc, calcio y riboflavina. A fin de poder obtener los beneficios de los productos de origen animal, la seguridad alimentaria de cada país debe llevar adelante un tipo de ganadería que beneficie tanto al ambiente como a la salud humana.

Una vez analizada esta cuestión, podría afirmarse que la verdadera cuestión no recae en el consumo o no de carne sino en la forma en la cual se lleva a cabo la ganadería.

La industria ganadera no es sostenible o contaminante en sí, sino que depende de la manera en la cual se desarrolle. En igual sentido, el consumo de carne no es sano o insano en sí sino que depende de la forma en la cual se genera la crianza del ganado.

Mientras que la ganadería industrial utiliza granos industriales para el engorde vacuno, en la ganadería sostenible el ganado es alimentado a base de pastos. Esto no sólo es beneficioso para el ambiente sino también para la salud humana, ya que la carne proveniente de la agricultura sostenible es más alta en Omega 3.

 

¿Libre elección de la alimentación?

La Constitución de la República Argentina establece en su artículo 19 que ningún habitante puede ser obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.

En otras palabras, todo lo que no está prohibido, está permitido. Desde luego que ninguna persona puede ser obligada a consumir algo que no desea, ¿pero hasta qué punto?

Si una persona se encuentra gestando, probablemente se vea en la necesidad de cambiar ciertos hábitos, entre ellos los alimenticios. Según el estudio publicado por Taylor & Francis, se estima que la ingesta de eicosapentaenoico (EPA) y docosahexaenoico (DHA) es baja en vegetarianos, lo cual podría poner en riesgo la salud del niño por nacer.

Obviamente nunca se debería obligar a una persona a consumir algo que no desea, y menos a un mayor de edad. Sin embargo, es esencial concientizar los riesgos que podría generar la falta de ciertos ácidos grasos, más aún durante la gestación.

Nuevamente resulta importante promover la alimentación saludable. Además, debería educarse sobre qué alimentos apto vegetarianos son ricos en EPA y DHA y, en todo caso, qué alimentos podrían suplementar su ingesta.

Impacto ambiental de los alimentos y salud pública

Luego de analizar las distintas consecuencias que genera la ganadería industrial, podría afirmarse que el impacto ambiental se encuentra altamente ligado a la salud pública.

La Organización Mundial de la Salud establece que la exposición a altos niveles de contaminación del aire puede aumentar el riesgo de infecciones respiratorias, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y cáncer de pulmón. En este sentido, es fundamental que los Estados generen políticas públicas que contemplen tanto el cuidado del ambiente como la salud humana.

Resulta importante seguir investigando las consecuencias que podría generar el vegetarianismo en los niños. Lo novedoso en relación a dicha cuestión consiste en que los profesionales de la salud tienen puntos de vista muy disímiles entre sí.

Todos podrían asegurar que es sano el consumo de agua, frutas y vegetales. Sin embargo, aún no se cuenta con una opinión unánime respecto al consumo de carnes y al vegetarianismo.

Al ser cada cuerpo diferente, lo mejor siempre será consultar con un médico nutricionista que entienda las necesidades de cada uno.

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