Novedades del derecho y las leyes argentinas para el ciudadano

¿Qué se está discutiendo con la nueva ley de etiquetado de alimentos?

El sistema de octógonos de rotulado frontal con alertas sobre azúcar, grasas y calorías apunta a proteger a la población para priorizar los alimentos considerados más saludables, cuáles son sus implicancias en la información que adquiere el consumidor

0

Por Mariana Koppmann * 

En Argentina ya tiene sanción del senado la ley de Etiquetado Frontal de Advertencias para aquellos productos que superen un determinado límite de nutrientes o energía. 

Este tipo de etiquetado es más conocido como el de los “octógonos negros” genera un profundo debate público sobre qué debe advertir o no una etiqueta de los alimentos, el deber de las empresas y el correlativo derecho a la información que tiene el consumidor (art. 4, ley 24240).

En concreto, incluye un alerta en forma de octógono negro en el frente del producto envasado para alertar cuando se advierta que tenga exceso de azúcares, de sodio, de grasas saturadas, de grasas totales y/o de calorías, según los parámetros de la Organización Panamericana de Salud (OPS). 

Los alimentos con edulcorantes deberán incluir el mensaje “no recomendable en niños/as” y aquellos con cafeína, “evitar en niños/as” (por ejemplo, una bebida cola). Los kioskos escolares no podrán vender algunos alimentos considerados no saludables.

Antes de analizar las diferentes opciones (no hay una sola posición respecto de los puntos de corte a partir del cual un alimento debería incluir el octógono) es importante hacer un repaso de cómo han ido evolucionando.

 

Las etiquetas en la historia

Las etiquetas de los alimentos han evolucionado a través de la historia de la comercialización de los alimentos.  Ya en la época de los romanos se identificaban las ánforas para conocer la procedencia de los alimentos que contenían, a principios de 1900 comienza las denominaciones de origen de los alimentos en Francia con el objetivo de limitar el engaño al consumidor. 

Es decir a medida que el hombre en vez de producir lo que consume e intercambiar con otros materias primas empieza a adquirir productos elaborados comienza el rotulado de productos. 

El objetivo de este rotulado es proteger a los consumidores del engaño, jerarquizar determinados alimentos y regular la actividad de una industria incipiente por parte de los gobiernos. 

A medida que se incrementa el comercio internacional de alimentos envasados también se hace necesario que el rotulado de los mismos sea similar entre el país de origen y el país de destino, a su vez que haga equitativo el comercio internacional de alimentos. 

Con este propósito en los años 60  se crea la Comisión del Codex Alimentarius, un organismo creado a principios de noviembre de 1961 por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se unió a la Organización Mundial de la Salud (OMS) en junio de 1962, y celebró su primera sesión en Roma en octubre de 1963.

 El Codex Alimentarius cubre todos los alimentos, ya sean procesados, semielaborados o crudos. Además de las normas para alimentos específicos, el Codex Alimentarius contiene normas generales que cubren cuestiones como el etiquetado de alimentos, la higiene de los alimentos, los aditivos alimentarios y los residuos de plaguicidas, y los procedimientos para evaluar la inocuidad de los alimentos derivados de la biotecnología moderna.

Los países miembros en general adoptan los lineamientos establecidos por el Codex y es así que la etiquetas son iguales en la información básica que contienen con variaciones locales o regionales. 

En los últimos años los cambios al Código Alimentario Argentino (su Capitulo V establece las normas para el rotulado y publicidad de alimentos envasados) han sido vertiginosos por la necesidad de compatibilizar el rotulado dentro del Mercosur, además de los cambios socio culturales en la percepción del valor de los alimentos industrializados.

La industrialización de alimentos trajo aparejada el acceso a alimentos de bajo costo y asequibles. La población luego de la segunda guerra mundial pasó de tener bajo peso por no acceder a los alimentos a poder comprarlos en cualquier lado. Que duraran y que fueran ricos.

Mucha agua pasó debajo del puente y no solamente cambió la industria de los alimentos sino cambió la sociedad. Las mujeres accedieron al mercado laboral dedicando mucho menos tiempo a la cocina, los electrodomésticos que permitieron dejar de hacer las compras diariamente llegaron a los hogares (heladeras y más adelante los freezers). 

Los alimentos comenzaron a ser cada vez más seguros (inocuos) gracias al conocimiento de las zoonosis y como prevenirlas, la modernización de las tecnologías de elaboración, el crecimiento de las cadenas de frío tanto en el transporte como en la comercialización. 

 

El envase de la leche, un caso bajo estudio

Si tomamos como ejemplo un alimento como la leche la evolución muestra cambios notables en pocos años. En Argentina el lechero comercializaba la leche casa por casa que llegaba del campo. 

Dado que la leche puede ser el vehículo de la transmisión de enfermedades al ser humano como la tuberculosis y brucelosis esa leche se hervía en cada hogar antes de ser consumida. 

El hervor también la transformaba en un alimento inocuo y de mayor duración al controlar la contaminación proveniente de las ubres, los envases los manipuladores y la escasa cadena de frío existente. 

Dejaron de comercializar la leche los lecheros y la misma comienza a envasarse (las recomendaciones sobre pasteurización son de los años 30 y la prohibición de la comercialización de leche cruda (sin pasteurizar) se prohibió en 1961. Inicialmente en envases de vidrio, luego en cartones, luego en plásticos de diferentes grosores y luego en tetrapack. 

A pesar de estar pasteurizadas en un comienzo la leche se seguía hirviendo en los hogares, por la desconfianza y además porque los sistemas de verificación de la sanidad de lo producido también estaban evolucionando, con nuevas directivas. 

Por ejemplo, la crema de leche no se separó más de la leche en la parte superior del envase por la incorporación del proceso de homogeneización. 

Las leches en polvo dejaron de tener que disolverse en agua caliente por la modificación del proceso de secado.  También aparecen las leches larga vida. La pasteurización deja de usarse en general y se adopta la ultrapasteurización (a mayor temperatura), los envases evolucionan y la leche deja de durar 3 o 4 días para durar en heladera casi un mes.

Se le incorporan vitaminas, hierro, se deslactosa, se descrema en diferentes cantidades hasta llegar inclusive al 0% de materia grasa.

Todos estos cambios se ven reflejados simplemente al mirar la variedad de leches que en este momento hay disponible en cualquier comercio, un abanico de opciones insospechado hace 50 años. 

Estos cambios en un producto como la leche, muestra la evolución que sufrieron muchos de los alimentos y en nuestra forma de vida fueron acompañados por cambios en las leyes de rotulación de alimentos, siendo estos cambios cada vez más vertiginosos en los últimos años.

El código alimentario argentino data de 1953. Ha tenido muchos agregados y modificaciones desde la promulgación de ese decreto acompañando los cambios en la producción y publicidad de los alimentos. Veamos algunos de los más importantes de los últimos años 20 años.

 

El impacto del Mercosur en la información nutricional

En el año 2005 se incorpora la resolución mercosur RESOLUCIÓN GMC Nº 26/03 REGLAMENTO TÉCNICO MERCOSUR PARA ROTULACIÓN DE ALIMENTOS ENVASADOS a nuestro CAA.  ¿Cuál es el gran cambio? La incorporación de la información nutricional en todos los alimentos envasados. 

Hasta ese momento solo los alimentos dietéticos o para regímenes especiales tenían la obligación de informar en su envase la composición nutricional.

En la información nutricional se informa por PORCIóN de alimento la energía y los siguientes nutrientes: Hidratos de Carbono, Proteínas, Grasas Totales, Grasas saturadas, Grasas trans y Sodio.

Ya que la declaración obligatoria del nombre, el elaborador, los ingredientes, el peso, el peso neto, el modo de uso ya se debían colocar en la etiqueta.

La porción ,a pesar de lo que la mayoría de los consumidores supone, la determina el Código Alimentario Argentino para cada grupo de alimentos. No es a elección del fabricante.

La porción se basa en la dieta modelo de la Organización Mundial de la Salud respecto de los grupos de alimentos y en qué proporciones deberían consumirse para lograr una dieta saludable.

Esta dieta modelo es para personas sanas a partir de los 3 años y la sumatoria energética es de 2000 kcal/dia. Por esta razón en el epígrafe de las tablas nutricionales siempre se encuentra la leyenda: …. Sus necesidades energéticas pueden ser distintas.

En el año 2013, se incorpora al Código Alimentario otra resolución importante que es la de la Información Nutricional Complementaria más conocida como Claims Nutricionales (Artículo 235 quinto – (Resolución Conjunta SPReI N° 161/2013 y SAGyP N° 213/2013).

El objetivo de esta modificación atañe especialmente a evitar el engaño al consumidor sobre los beneficios nutricionales de algunos alimentos. 

Probablemente el ejemplo más claro sobre este tema sea el del Colesterol. La incidencia de enfermedades cardiovasculares se relaciona en parte con un Colesterol alto en sangre (no entraremos en detalle en este artículo sobre las idas y vueltas sobre el colesterol total, el colesterol bueno y el colesterol malo en lo que piensa la gente). 

En el momento de mayor auge de esta preocupación los aceites vegetales y la palta vieron afectadas sus ventas. Siendo que son alimentos naturalmente libres de colesterol por su origen vegetal.  En esta resolución se obliga a aquel fabricante que indique en la etiqueta Libre o 0% colesterol que agregue la leyenda “al igual que en todos los productos del mismo tipo”

Otro ejemplo pueden ser los jugos de frutas, en los que se declaraba la ausencia de azúcar. Sin embargo, las frutas tienen azúcares naturales. Por lo tanto debe declararse Sin azúcares agregados y en la tabla nutricional diferenciar el contenido de azúcar natural del producto. 

El objetivo detrás de la reglamentación sobre estos claims nutricionales es ,sobre todo, evitar que mediante leyendas en el envase se haga una promoción engañosa del alimento que contienen.

En el año 2011, se en los artículos 1383 y 1383 bis se incorporan los alimentos “libres de gluten” con el sello legal, los límites permitidos entiende por “alimento libre de gluten” el que está preparado únicamente con ingredientes que por su origen natural y por la aplicación de buenas prácticas de elaboración —que impidan la contaminación cruzada. 

Estos productos se rotularán con la denominación del producto que se trate seguido de la indicación “libre de gluten” debiendo incluir además la leyenda “Sin TACC” en las proximidades de la denominación del producto con caracteres de buen realce, tamaño y visibilidad. 

En el año 2017, con plazo de implementación de un año se incorpora al etiquetado la declaración de alérgenos (Artículo 235 séptimo). 

Ahora los alimentos envasados deben declarar a continuación de los ingredientes y en letra mayúscula, las palabras CONTIENE o PUEDE CONTENER: Trigo, centeno, cebada, avena, o sus cepas híbridas, y productos derivados, Crustáceos y productos derivados, Huevos y productos derivados,  Pescado y productos derivados, Maní y productos derivados, Soja y productos derivados, Leche y productos derivados , Frutas secas y productos derivados y  Dióxido de azufre y sulfitos presentes en concentraciones iguales o mayores a 10 ppm.

 

La obesidad y la salud de la población

Ahora sí, hablemos de los octógonos negros y los cambios que se producirían en las etiquetas que no solamente son los octogonos sino otras incorporaciones. 

Así como en los años 50 un porcentaje importante de la población no llegaba al peso mínimo y la expectativa de vida en 1960 era de 65,09 años y en 2017 aumentó a  76,37 años. Mucho ocurrió en estos años. 

El acceso a alimentos económicos y altamente energéticos mejoró el percentil de la población en general. La expectativa de vida aumentó gracias a la medicina preventiva, los antibióticos, la vacunación y el aumento en la inocuidad de los alimentos.  

Nuestras costumbres cambiaron, nos hicimos cada vez más sedentarios, los electrodomésticos se transformaron en artículos de primera necesidad, la compra de alimentos diaria migró a la compra de alimentos semanal.

La compra de alimentos frescos fue reemplazada en parte por alimentos ya elaborados disponibles, cada vez más tentadores, cada vez con mayor vida útil y cada vez con mayor variedad y mejor precio.

La mesa pasó de ofrecer una gran variedad de vegetales acompañada de carnes a mayor frecuencia del consumo de pizza y fideos. 

Pero, la población siguió aumentando de peso. El exceso de peso comenzó a llamar la atención en los especialistas en salud pública dado que se correlacionó con la aparición de diabetes tipo II y también de enfermedades cardiovasculares. 

A estas enfermedades se las llama Enfermedades No Transmisibles, ya que no hay un agente etiológico que las provoque sino que son los hábitos de vida en conjunto. Es decir la dieta, la actividad física y otros factores socioculturales. 

En los últimos años además este aumento de peso generalizado comenzó a reflejarse en la población infantil, dando índices de obesidad alarmantes. 

El aumento de peso es la punta del iceberg ya que además en general está asociado a la malnutrición. Es decir la falta de ingesta de nutrientes esenciales para una dieta saludable.

 

Los octógonos negros en la etiqueta

Así es que finalmente llegamos a hablar de los Octógonos. ¿De qué se tratan estos octógonos en el rotulado de los alimentos envasados? 

En un intento por disminuir el consumo de azúcar, grasas, alimentos con alto valor energético o sodio (todos factores que aumentan la incidencia de ETS) se AGREGA a las etiquetas una advertencia respecto de los mismos.

Se prohíbe la publicidad con personajes en alimentos para niños y se restringen los claims nutricionales a aquellos alimentos que estén libres de octógonos y por lo tanto de culpas.

Chile, fue el primer país en adoptar los octógonos negros en el frente de los alimentos, etiquetado frontal. En este momento están en la etapa 3. Ya que como toda reglamentación que cambie radicalmente las etiquetas o cualquier regla debe conceder a los afectados un tiempo de adaptación y adecuación (Alérgenos se le dio un año).  

En la reglamentación chilena, el punto de corte para indicar si un alimento es ALTO en se establece cada 100 gr o 100 ml  de producto. Es decir, la advertencia toma una cantidad de alimentos muy diferente de la porción salvo para aquellos que se comercializan en envase individual.  Esta reglamentación fue aplaudida en todo el mundo, y tanto Uruguay como Perú la han adoptado.

En México comenzó a regir este año y el punto de corte para los octógonos toma como parámetro las recomendaciones del Perfil de Nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud. 

Estos parámetros se calculan en función de cuánto contribuye cada nutriente crítico a las calorías de un determinado alimento. Si el azúcar contribuye en un 10% o más llevará el octógono alto en azúcar. 

Si las grasas totales contribuyen en un 30% o más llevará octogono. En cambio, si las grasas saturadas contribuyen en un 10% llevará octógonos. 

Respecto del sodio hay 2 valores o 350 mg por cada 100 gr de producto o que por cada caloría haya 1 mg de sodio. Además, incluye la información nutricional como se venía haciendo.

En el caso de Chile, la norma fue haciéndose cada vez más exigente debiendo colocar el octágono si había 800 mg de sodio cada 100 gr y luego de 3 años recién se ha bajado a 400 mg por cada 100 gr de producto.

Otras modificaciones que se incorporaron a las etiquetas junto a los octógonos tanto en Chile como en México son las siguientes:

  • En la tabla nutricional además de expresar el contenido de nutrientes por porción se debe agregar el contenido por 100 gr
  • En la tabla nutricional se debe discriminar el contenido de azúcares simples agregados y a partir del 2025 también se deberán discriminar los azúcares naturalmente presentes en un alimento. Ej: un jugo de frutas. 
  • Todo producto industrializado que lleve un octógono no podrá incluir en su etiqueta ninguna leyenda sobre propiedades nutricionales. Es decir, no podrá decir alto en vitamina XX o light en calorías.
  • Se prohíbe la promoción de alimentos con octógonos con personajes de caricaturas, deportistas etc en los alimentos dirigidos a la población infantil

Con algunos ejemplos, de aprobarse la nueva ley, estos serán los resultados, entre otros relativos a gaseosas, snacks, galletitas y demás alimentos:

  • Almohaditas rellenas sabor avellanas: Incorporarían el octógono de Alto en o Exceso de Grasas Saturadas 
  • Barritas de cereal light con yogurt de frutilla:Incorporarían el octógono de Alto en o Exceso de Grasas Saturadas 
  • Barritas de cereal con yogurt de frutilla:Incorporarían el octógono de Alto en o Exceso de Grasas Saturadas y Azúcar
  • Papas fritas de tubo: Incorporarían el octógono de Alto en o Exceso de Grasas Saturadas (increíblemente no llegan a la cantidad de sodio por 2 mg)
  • Galletitas rellenas con chocolate (las oscuritas): Incorporarían el octógono de Alto en o Exceso de Grasas Saturadas y Azúcar 

 

Las etiquetas en Europa

En Europa se está adoptando otro tipo de advertencia que se llama semáforo nutricional en el que mediante la consideración del contenido de nutrientes críticos (llamémosle malos) también toma en cuenta el contenido de otros nutrientes como fibras o vitaminas o minerales o ácidos grasos saludables (llamémoslos buenos). 

Mediante estas consideraciones un alimento podrá tener su semáforo en rojo, verde o amarillo.  El semáforo según los especialistas se pierde en toda la información de la etiqueta.

Un octógono negro es imposible no verlo de manera que debería en los 5 segundos en los que optamos por un alimento u otro hacernos vacilar sobre la compra.

Una gran parte de la opinión pública indica que es absolutamente necesaria estas advertencias para saber qué comemos y sean de fácil lectura. 

¿Sabremos que comemos? O simplemente conoceremos que hay un agregado o ingrediente que en 100 gr está en exceso? Y si como solamente 10 gr? ¿Es un alimento que se consume como alimento principal o es un gustito? Para saber qué comemos hay que leer los ingredientes y cotejarlos con la información nutricional.

La advertencia que hacen los octógonos no está en la etiqueta actual? Si que está pero hay que hacer las cuentas y llevar anteojos y/o lupa para encontrarla.

Entre las voces a favor de la nueva ley de etiquetado a favor se argumenta que los octógonos como alerta o advertencia son necesarios para una lectura rápida, un cambio de hábitos de compra, un cambio hacia el consumo de alimentos mínimamente procesados y un cambio en las formulaciones.

También se argumenta que la ley ya tuvo consenso y debiera aprobarse sin modificarla, sin favorecer a las bebidas azucaradas. “Queremos una ley que proteja a los niños, no bebidas”, tuiteó Narda Lepes. También se cita la experiencia y argumentos esbozados en otros países como Uruguay, mucho que ganar en información, alegan. Con estudios que arrojan resultados positivos, incluso (ver esta nota).

Hay también algunas voces en contra. Entienden que se producirá una “demonización” de ciertos alimentos sin tener en cuenta la alimentación como un conjunto, que “al haber tantas etiquetas y con restricciones tan fuertes, casi todos los alimentos envasados de la góndola tendrán uno o más octógonos negros y así la advertencia perderá sentido” (ver la nota que denuncia la presión de la industria alimenticia, fuente).

Y que la nueva ley de rotulado  con octógonos negros podría generar una estigmatización de ciertos alimentos, y una desventaja competitiva respecto de las exportaciones a Brasil, o al mundo, donde este sistema no existe.

Los niños primero

El objetivo principal de esta incorporación es disminuir la obesidad infantil mediante un cambio en los hábitos de compra y por lo tanto de consumo de la población. Que en vez de alimentos altos en azúcar, grasas, sodio o calorías se incorporen a la dieta un mayor consumo de vegetales y por lo tanto la dieta se haga más variada y con un mejor perfil de nutrientes.

Por el momento a 3 años de la implementación (experiencia chilena) el cambio más importante se ha producido en la reformulación de los alimentos industrializados con la incorporación de edulcorantes no calóricos para bajar las calorías o el contenido de azúcar o aditivos que aumenten el contenido de agua del producto y de esta manera disminuyen el contenido de todo el resto de componentes críticos.

En la población infantil chilena aún no se han visto cambios en los índices de obesidad. ¿Será todavía muy pronto?  O quizás el cambio de hábitos de consumo necesariamente debe estar acompañado de campañas importantes de educación y que los vegetales sean más económicos y estén disponibles y accesibles para que resulte tentador comprarlos e incorporarlos a la dieta.

Un cambio en la información que brindan las etiquetas es necesario. La etiqueta debe ser clara, fácil de leer, hablarle al consumidor en un lenguaje sencillo cosa que hoy no se logra.

La educación alimentaria es otro pilar fundamental para que ocurran cambios de hábitos.  Así como los padres han incorporado conceptos a través de sus hijos en cuanto el cuidado del planeta respecto del ahorro de agua y el reciclado o las campañas gubernamentales disminuyeron las muertes en los accidentes de tránsito con la concientización y penalización respecto del uso del cinturón de seguridad y las velocidades máximas.

 

Educación, educación, educación sobre alimentación saludable

La educación en las escuelas sobre alimentación, producción de alimentos y hábitos de vida tiene que acompañar a los cambios en el etiquetado. 

Estamos ante una oportunidad única. La discusión sobre los octógonos negros puso en la mesa una discusión un debate aun más profundo e interesante que es sobre los alimentos, la alimentación,  la educación, el código alimentario, la comida que se ofrece en los ámbitos escolares y sus cercanías, el acceso al alimento, el marketing de los productos alimenticios y la publicidad dirigida a niños.

Aprovechemos esta oportunidad de cambio que se impulsa desde la etiqueta de los alimentos envasados para que los cambios sean más amplios, profundos y duraderos.

Algunos ejemplos de alimentos que de salir la ley deberían incorporar los octógonos siguiendo las directivas del perfil de nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud (hasta que no salga la ley definitiva y se reglamente puede ocurrir que estos ejemplos  no sean  válidos ya que en cuanto a valor energético indica el proyecto que será determinado por la autoridad competente).

 


* La autora es licenciada en bioquímica, bromatóloga y cocinera. Autora de distintos libros en su especialidad. Integrante de las Cazabacterias. Su perfil en Instagram.

Para leer más y mayores datos:

https://www.minsal.cl/ley-de-alimentos-manual-etiquetado-nutricional/

https://www.dof.gob.mx/2020/SEECO/NOM_051.pdf

https://iris.paho.org/handle/10665.2/18622

https://www.argentina.gob.ar/anmat/codigoalimentario

http://www.fao.org/fao-who-codexalimentarius/es/

https://www.google.com/publicdata/explore?ds=d5bncppjof8f9_&met_y=sp_dyn_le00_in&idim=country:ARG:COL:USA&hl=es&dl=es

 

Deja una respuesta

Enviar comentarios sobre la nota. Su dirección de correo electrónico no será publicada. Esta sección no es para realizar consultas ni asesoramiento legal, que debe procurarse abogado/a.