Empresas con valores: VICI, mucho más que una app de delivery
Una plataforma que apuesta a los comerciantes del interior del país
Agustín Parraquini, de Tres Arroyos, y Tomás Espósito, de Chascomús, empezaron con el proyecto VICI en junio de 2021 tras los efectos económicos de la pandemia. Cuando los fundadores volvieron a sus ciudades, notaron que los comercios no tenían «presencia digital». De este modo, los socios de la app decidieron tomar cartas en el asunto. Charlamos con Agustín, CEO y cofundador, donde nos detalla sus comienzos, el diferencial que tienen dentro de las apps de delivery y varios temas más.
¿A partir de qué surgió el proyecto VICI?
Agustín Parraquini: Esta es nuestra segunda startup. Con la primera, fundada en 2017 y vendida en 2021, desarrollábamos negocios digitales para empresas grandes como Disney, AFA y varias más, y en esos cuatro años aprendimos mucho sobre tecnología y marketing. Cuando a estas compañías les empezó a ir muy bien nos ofrecieron vender nuestra parte, y nos encantaba trabajar de esto pero nos veíamos muy abrumados por los otros 12 proyectos que teníamos simultáneamente. Queríamos dejar de hacer cosas nuevas todo el tiempo y buscar crear algo que se desarrollara muy pero muy bien; en lugar de brindar un servicio teníamos ganas de ofrecer un producto.
Después de años en La Plata, notamos en el regreso a nuestras respectivas ciudades que, con el impacto de la pandemia, se había generado una brecha digital enorme entre los centros urbanos grandes y los pequeños. Pensamos: “¿cómo puede ser que cuando volvamos al interior googlées los comercios y ni siquiera te aparezcan?“. La única vía de comunicación que tienen estos negocios es a través de redes sociales, y no cuentan con un community manager de manera que los encuentres fácilmente. Así fue que empezamos dándoles una mano con el ecommerce.
Una vez que varios locales tuvieran sus canales activados, nos fuimos a un modelo que agrupa todos los negocios de una ciudad, porque a los comerciantes les cuesta empujarse a ellos mismos; es como si se tratara de un shopping digital, donde se pueden ver muchísimas opciones de productos que están a la venta. Empezamos con VICI en una ciudad, después la de al lado nos propuso desarrollarla ahí, y una cosa llevó a la otra y hoy ya estamos en 27 con más de 800 comercios activos.
¿Cómo se diferencia de las apps de delivery?
AG: En algunas ciudades agregamos el modelo de «logística compartida», permitiendo que los negocios que tienen entregas mediante Pedidos Ya, flex de Mercado Libre o repartidores propios puedan trabajar en su capacidad ociosa para otros. Esto posibilita al dueño del comercio que su empleado pueda trabajar en otros lugares y en otros horarios. Además, los repartidores no nos facturan a nosotros sino que somos un intermediario que los conecta con el comerciante. Estamos muy enfocados en la digitalización del negocio, no es que funcionamos exclusivamente como una app de delivery sino que es una de nuestras herramientas. Ofrecemos un «stock management» para que puedan organizar el stock, y un «order management» para que puedan manejar los pedidos que les lleguen tanto por VICI como por otras vías de comunicación, todo en un mismo lugar.
¿Cómo llegan a nuevos clientes y/o usuarios? ¿Invierten mucho en marketing?
AG: En ciudades pequeñas no es tan necesario el marketing como sí lo es en los grandes centros urbanos, donde se matan por conseguir usuarios. Con una pauta en la radio principal de un pueblo es suficiente, porque la escucha todo el mundo y te sale $10.000 por mes, equivaliendo solo a un par de órdenes de un negocio en un día. En Tres Arroyos, por ejemplo, el 20% de la población usa VICI; 10.000 personas sobre 50.000, y no gastamos una millonada de dólares en difusión. En estos lugares funciona mucho el boca en boca, la publicidad con los negocios, ploteos con diseños de la app…
¿Te sentís orgulloso de haber logrado un cambio importante en tu ciudad natal?
AG: Sí, muy. Se tiene esta concepción de que el interior es chico y está atrasado; charlando con algunos inversores me han preguntado: “¿ahí no andan a caballo?“, y me molesta mucho. El interior es fantástico y tiene muchísimo potencial, con una calidad de gente que tiene ganas de progresar. Muchos de estos lugares no tienen aplicaciones como Uber, pero si vos les das una herramienta la usan: no son tontos. Cuando hacemos prensa por la llegada de VICI, la ciudad se vuelve una revolución; la gente se emociona porque sienten que están avanzando y se llena de buena vibra.
Además de cumplir la función de delivery (y siendo esta una pequeña parte), VICI busca demostrar que, con las herramientas adecuadas, todos tenemos oportunidades. La «VICI magia» reside en que puedan salir muchos emprendedores del interior y con ganas de apostar a la tecnología, y que las únicas opciones viables no sean necesariamente trabajar en el campo o en la industria, considerando las ganas y aspiraciones de muchos habitantes con ideas innovadoras como las de Agustín y Tomás.
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