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Tener perros reduce el riesgo de demencia. Tener gatos no

Un estudio científico sobre la tenencia de mascotas y adultos mayores

En un exhaustivo estudio dirigido por el Instituto Metropolitano de Geriatría y Gerontología de Tokio, publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina en diciembre de 2023, los investigadores han descubierto un vínculo significativo entre la tenencia de mascotas y el riesgo de demencia en adultos mayores.

La investigación, que involucró a más de 11,000 individuos de entre 65 y 84 años, representando aproximadamente el 10% de la población mayor de la Ciudad de Ota, Tokio, Japón, exploró la conexión entre la tenencia de mascotas (específicamente gatos y perros) y los hábitos de ejercicio semanal, incluyendo caminar, correr, yoga, natación y ciclismo. Durante un periodo de 4 años, se monitoreó la incidencia de demencia incapacitante utilizando datos del sistema de seguro de atención a largo plazo (LTCI, por sus siglas en inglés) entre los participantes.

Los resultados revelaron que poseer un perro desempeñó un papel en la reducción de la aparición de demencia severa durante un seguimiento de aproximadamente cuatro años, teniendo en cuenta diversos factores contextuales. Específicamente, los dueños de perros que se ejercitaban regularmente y no estaban socialmente aislados experimentaron un riesgo considerablemente reducido de demencia severa. El acto de cuidar a un perro podría ayudar a preservar la actividad física, incluido el ejercicio regular, y facilitar la interacción social, incluso bajo condiciones restrictivas como las impuestas durante la pandemia de COVID-19.

Principales hallazgos del estudio científico

Poseer un perro reduce la probabilidad de desarrollar demencia severa. El ejercicio regular y la conectividad social entre los dueños de perros conducen a un riesgo significativamente disminuido de demencia.

En contraste, tener un gato no muestra un impacto significativo en la prevención de la demencia en comparación con los perros (los dueños de perros tuvieron un riesgo calculado de 0.6, mientras que los dueños de gatos estuvieron en 0.98 de riesgo, según el estudio). Estos hallazgos, particularmente intrigantes en el ámbito de la investigación sobre demencia, indican que los dueños de perros tienen un menor riesgo de desarrollar demencia en comparación con los dueños de gatos o aquellos sin mascotas.

El análisis empleó el método de “razón de posibilidades” para revelar que los dueños de perros tenían un factor de riesgo de 0.6, mientras que los dueños de gatos tenían un riesgo ligeramente mayor de 0.98. Específicamente, las personas sin mascotas tenían un riesgo base de 1.0, sugiriendo que la tenencia de gatos tenía una diferencia mínima o nula en la reducción del riesgo de demencia.

Uno de los insights clave de este estudio es el impacto significativo de los perros en el estilo de vida de los propietarios. Los dueños de perros tienden a salir más, lo que aumenta las interacciones sociales. Este mayor compromiso social se considera que tiene un “efecto supresor” en el desarrollo de la demencia.

Además, la actividad física asociada con la tenencia de perros, como los paseos regulares, se cree que reduce la acumulación de proteínas cerebrales vinculadas a la demencia. El ejercicio regular también promueve un mejor flujo sanguíneo cerebral, el crecimiento celular y la supervivencia, todos factores contribuyentes a un menor riesgo de deterioro cognitivo.

El Dr. Yu Taniguchi, autor principal del estudio, destacó los efectos beneficiosos de la tenencia de perros en la reducción del riesgo de demencia incapacitante.

Los actuales propietarios de perros tenían un 40% menos de probabilidad (razón de posibilidades de 0.60 con un intervalo de confianza del 95% de 0.37–0.977) de padecer demencia incapacitante en comparación con aquellos que habían tenido perros anteriormente o nunca los tuvieron.

En contraste, para los dueños de gatos, la razón de posibilidades fue de 0.98 (con un intervalo de confianza del 95% de 0.62–1.55), indicando una diferencia insignificante en el riesgo de demencia. Entre los actuales propietarios de perros que también realizaban ejercicio regular, las probabilidades de tener demencia incapacitante fueron significativamente menores hasta en un 63%, con una razón de posibilidades de 0.37 (con un intervalo de confianza del 95% de 0.20–0.68), en comparación con aquellos que habían tenido perros en el pasado o nunca tuvieron un hábito de ejercicio.

“La tenencia de perros tuvo un efecto supresor sobre la incidencia de demencia incapacitante después de ajustar por factores contextuales durante un periodo de seguimiento de aproximadamente cuatro años”, dijo el Dr. Taniguchi. Agregó que “los dueños de perros con un hábito de ejercicio y sin aislamiento social tuvieron un riesgo significativamente menor de demencia incapacitante”.

Además, el estudio concluyó que cuidar a un perro fomenta la actividad física sostenida y promueve hábitos de ejercicio consistentes. Este aspecto es particularmente beneficioso para promover la participación social y estilos de vida saludables, según el estudio.

 

fuentes: link

https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/dementia

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