En un giro cultural y político, Chechenia, república rusa, ha impuesto restricciones en el ritmo de la música permitida en su territorio. Según informes, todas las obras musicales, vocales y coreográficas que se presenten en la región deben tener un ritmo de entre 80 y 116 golpes por minuto (BPM). Esta medida excluye efectivamente una amplia gama de música occidental, especialmente géneros como el rave y el techno, conocidos por sus ritmos acelerados.
El Ministro de Cultura regional, Musa Dadayev, anunció estas restricciones el 4 de abril, indicando que la medida busca alinear la música chechena con el “mentalete checheno” y su ritmo musical. La implementación de estas restricciones, cuya aplicación aún no está clara, podría tener implicaciones significativas en el panorama musical y cultural de la región. Según la agencia de noticias oficial Grozny-Info, se ha dado un plazo hasta el 1 de junio para que los artistas adapten sus obras a estos nuevos criterios, de lo contrario, no podrán presentarlas en público.
Este movimiento ha generado debates sobre la libertad de expresión y la identidad cultural, subrayando la tensión entre la conservación de las tradiciones locales y la influencia de las culturas globales. Chechenia, conocida por su conservadurismo en una sociedad islámica, parece estar tomando medidas para preservar y promover su patrimonio cultural en un mundo cada vez más globalizado.
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