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Trabajadores golondrina fueguinos – el marco legal

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La situación fueguina sigue dando que hablar. En esta oportunidad, el cronista Pablo Esteban Riffo cuenta la realidad laboral de esta provincia austral, trabajadores golondrina que vuelan contra el viento y el frío sureño. A veces la precarización puede ser legal, lo que no la torna política o socialmente deseable…  Nota bajo la edición de Sergio Mohadeb.

 

La industria del celular

IATEC es una empresa que fabrica teléfonos celulares que usamos todos los días. Hace poco, no les renovó el contrato a tresciento ciencuenta empleados.  La modalidad de trabajo a plazo fijo vuelve a ser protagonista en las fábricas fueguinas.

Esta posibilidad que tienen las empresas beneficiadas por el régimen de promoción industrial de Tierra del Fuego  de mantener durante cinco años a personal en modalidad eventual a plazo fijo sin posibilidad de pataleo vuelve a estar en el centro de las críticas. Y es que las fábricas han afinado no solo los procesos industriales sino también las modalidades de contratación.

Iatec pertenece al grupo Mirgor. Uno de los grupos empresarios más grandes de Tierra del Fuego que posee tres fábricas en Río Grande: Mirgor, Interclima y Iatec. Esta última había tenido una escalada de ingresos debido a la producción de celulares Samsung.

La demanda de producción era tal que incluso muchos de los ‘contratados’, como se llama vulgarmente a los empleados a plazo fijo, tuvieron que trabajar durante enero y febrero. Algo poco habitual en las fábricas fueguinas que aprovechan la época estival para reacondicionar líneas de producción a las nuevos productos y de paso sacarse de encima a los contratados con unas “vacaciones”.

No solo el grupo Mirgor tiene esta modalidad. La emplean todas las fábricas de la provincia. La mecánica es simple: se ingresa, se firma un contrato a plazo fijo –en su mayoría por apenas un mes – y a medida que llega la fecha de vencimiento si la empresa lo requiere, hace firmar al trabajador una renovación. Así pueden pasar dos, tres, seis o doce meses en los que el contratado mantiene una estabilidad laboral de a 30 días. Y la situación puede darse hasta 5 años por fábrica.

Esto genera y convoca a los denominados trabajadores golondrina de la provincia. Si bien, según números oficiales difundidos por el Ministerio de Industria de la provincia, la ocupación efectiva supera los 12.000 puestos de trabajo; un porcentaje de más de 2.000 personas todavía no volvieron de esas “vacaciones” que se habían tomado en diciembre del año pasado.

Unos pocos consiguieron hacerse de una rápida re incorporación, como era el caso de los contratados de Iatec para Samsung pero pocos días atrás les avisaron que no iba a haber renovación a finales de marzo.

El abogado Leandro Macía, especializado en temas laborales considera que “el trabajo a plazo fijo difiere del trabajo eventual. Uno tiene un plazo determinado y otro un plazo incierto. Ambos tienen, además distintos condicionamientos formales”.

El letrado aclara además que “aún con cualquiera de estas formas si la naturaleza de la tarea no se correspondiese con la forma que se le pretende dar, el contrato debe entenderse celebrado por tiempo indeterminado”, es decir un contrato de trabajo común que no puede terminarse sin el pago de las indemnizaciones legales.

 

Martín Pérez en Twitter (@MartinPerezTDF)
Martín Pérez en Twitter (@MartinPerezTDF)

Las modalidades de la ley laboral

¿Despedidos? Técnicamente no, o por lo menos no legalmente despedidos. Eso mismo aseguran desde la Unión Obrera Metalúrgica, pues algún dirigente mencionó que “estas personas estaban en una condición especial, cubriendo vacaciones”.

Macía asegura que “descubierto el fraude se podría decir que se trataría de despidos”. El tema es analizar, si de verdad es un contrato eventual, si se reunén las condiciones, como ser la necesidad extraordinaria, el reemplazo de una licencia, y demás. O si de verdad es es un contrato a plazo fijo, si está por escrito y si se justifica esta modalidad. O es una simulación.

Para Sergio Mohadeb, el contrato a plazo fijo es una modalidad válida en tanto no haya fraude a la ley, un engaño. No sabemos en este caso. El plazo máximo es 5 años, por ley 20744.

 Además, la ley impone el deber de preavisar la expiracion del plazo en estos términos.

Las partes deberán preavisar la extinción del contrato con antelación no menor de un (1) mes ni mayor de dos (2), respecto de la expiración del plazo convenido, salvo en aquellos casos en que el contrato sea por tiempo determinado y su duración sea inferior a un (1) mes. Aquélla que lo omitiera, se entenderá que acepta la conversión del mismo como de plazo indeterminado, salvo acto expreso de renovación de un plazo igual o distinto del previsto originariamente, y sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 90, segunda parte, de esta ley.

Probar el fraude no es fácil, aclara Sergio Mohadeb. El contrato se presume válido y el trabajador que quiera probar lo contrario debería intimar primero a la empresa a la correcta registración de la relación laboral. La acción judicial puede durar años y las chances de éxito serían bajas. El punto es por qué se torna necesario, si es que lo es, acudir a esta modalidad. Desde el lado empresario, la ley se los permite, “¿Pero entonces no será hora de repensar el tipo de empleo que se genera al amparo del régimen de promoción?”, opina Mohadeb.

Marcha preventiva

Las pocas chances jurídicas forzaron a los trabajaores a repensar la estrategia.

El 29 de marzo pasado la situación de incertidumbre había gestado una marcha convocada en principio por 24 horas por parte de la Unión Obrera Metalúrgica. La idea de un paro fuera del marco paritario no entusiasmó demasiado a los operarios efectivos que no solo restringieron la cantidad de horas de la marcha en apenas 4 horas, sino que también pidieron a la dirigencia gremial el cambio de lugar de confluencia.

Operarios sin contratar, algunos militantes metalúrgicos, estatales en conflicto y diputados nacionales terminaron a metros de la Carpa de la Dignidad por Av. Héroes de Malvinas reclamando respuestas certeras por parte del gobierno nacional que sigue “ordenando programas” en el área de producción en el que quedó relegado el ex ministerio de industria.

Ya con abril entre nosotros lo que eran rumores de contratos sin renovar tenía nombre y apellido: son 350 de la planta II de Iatec, donde fabrican celulares. Para Marcos Linares, secretario de organización de la UOM Río Grande “la empresa viene planteando una baja en el consumo” lo que explica la no renovación de contratos.

En FM Del Pueblo Linares se encargó de aclarar que el conflicto “está desatado por 16 compañeros que son más antiguos y que la empresa sin ninguna razón lógica pretende no renovarles”. Los 350 “podrían llegar a quedar afuera hasta el mes de junio”, destacó el representante sindical.

Hoy se habla de cerca de 2.000 empleados que desde 2015 no han conseguido volver a las fábricas aunque en números históricos serían varios más. La pelea por la estabilidad choca con los intereses políticos de la agrupación gremial devenida en partido que no logra contentar a sus representados. Mientras tanto, 350 operarios no firmaron su renovación. Y el viento patagónico sigue soplando.

 

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