Suena lindo decir que nuestro producto no contiene grasas trans y colesterol, pero ¿sabemos realmente qué significan esos ácidos grasos?
Cuando vamos al súper nos topamos constantemente con carteles (en letras enormes) que dicen: 0% GRASAS TRANS o SIN COLESTEROL ¿A qué se debe esta obsesión por aclarar que un producto no contiene estos ácidos grasos?
La respuesta es simple: su ingesta excesiva puede ser muy perjudicial para nuestra salud. Ahora empezamos a entender un poco por qué la industria quiere evitarlos y anuncia con claridad que no los utiliza.
Antes de hablar de mediciones, recordemos que para el Código Alimentario Argentino existen varios términos autorizados (sinónimos) para referirnos a lo mismo.
Las grasas trans en el código alimentario
Cuando un alimento no contiene grasas trans = 0% grasas trans = sin grasas trans = cero grasas trans = no aporta grasas trans = libre de grasas trans, etc. Estos sinónimos también aplican para el colesterol.
Pasemos a lo importante: ¿cómo se miden?
Para las grasas trans es muy simple: tiene o no tiene. Para etiquetar un alimento con el atributo “0% grasas trans”, el producto no debe contener más de 0,1 g por porción.
Pero ¡Cuidado!, en el siguiente apartado del Código se nos indica que para atribuir este beneficio a nuestro producto, los ingredientes también deben cumplir con las condiciones para ser “bajo en grasas saturadas”.
¿Cuáles son los requisitos? Que el alimento no contenga más de 1,5 g en la suma de grasas saturadas y grasas trans. Y, además, que la energía que brindan las grasas saturadas no sea mayor al 10% del Valor Energético Total.
La medición del colesterol en un alimento
El colesterol, por su parte, tiene otra medición: puede mencionarse que tiene un bajo contenido o que no contiene. Para decir que es bajo en colesterol, el producto no debe tener más de 20 mg por porción.
Eso siempre y cuando la porción sea mayor a 30 g (si es menor a esa cantidad, se calcula como si fuese una porción de 50 g). Y, para anunciar que no contiene colesterol, el producto no debe contener más de 5 mg por porción.
En este caso, también el colesterol (así sea para decir que es “bajo” o que “no contiene”) debe cumplir con la condición de ser “bajo en grasas saturadas”, con los mismos requisitos mencionados anteriormente (máximo de 1,5 g por porción en la suma de grasas trans y saturadas; y que la energía de las grasas no supere el 10% del Valor Energético Total).
Ahora que sabemos cómo se miden las grasas trans y el colesterol, podemos mejor por qué se pone tanto énfasis en evitarlos. Y conocer cómo leer las etiquetas y rotulados para distinguir los diferentes tipos de alimentos que son más sanos. Conocer lo que comemos nos ayuda a mantener una alimentación más saludable.