La Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) y el Observatorio de Sismicidad Inducida (OSI) alertaron sobre un gran incremento en la actividad sísmica en la zona de Vaca Muerta, ubicada en la provincia de Neuquén. De acuerdo a dos documentos publicados hoy por las organizaciones, se registraron más de 400 sismos en los últimos 10 años, en paralelo con el inicio de las operaciones de fracking para la extracción de gas y petróleo en la provincia.
El pasado viernes 8 de septiembre se reportó un nuevo temblor, con una magnitud de 4 puntos en la escala de Richter, que provocó graves consecuencias en la localidad de Sauzal Bonito, aledaña a Vaca Muerta, y causó daños significativos en viviendas, rotura de cristales, caída de mampostería, grietas en estructuras de casas y desprendimiento de rocas desde la barda. “Este evento no fue el primero y se teme que no sea el último”, indicaron desde FARN y OSI.
Javier Grosso Heredia y Guillermo Tamburini Beliveau, autores de dos nuevos informes publicados hoy, analizan la relación entre la técnica del fracking y los sismos reportados en Vaca Muerta.
En “Sismicidad a simple Vista” y “Terremotos subsidiados en el Fortín de Tecpetrol”, ambos publicados hoy, alertaron que antes de noviembre de 2015 no se habían registrado sismos en la zona. Pero, desde entonces y en paralelo con la extracción de gas y petróleo a través del fracking, se observó un aumento sin precedentes en la actividad sísmica, con eventos de magnitudes que llegan hasta 4.1 en la escala de Richter.
Asimismo, desde las organizaciones advirtieron que la sismicidad inducida por la fractura hidráulica “es uno de los impactos ambientales más blindados por parte del Estado nacional”. “La falta de transparencia y de acceso a la información -incumpliendo el Acuerdo de Escazú- generó que las empresas no deban responder públicamente por los efectos perjudiciales de sus actividades de fracking”, agregaron.
Ante esta situación, desde FARN solicitaron a fines de marzo de 2023 una audiencia pública a la Corte Suprema de Justicia de la Nación para evaluar los impactos acumulativos del fracking y considerar medidas para prevenir futuros sismos.
“Instamos a la Corte Suprema a que imponga a las empresas la obligación de prevenir los daños y de cesar sus operaciones en caso de riesgo sísmico. Es esencial la implementación de un sistema de alerta sísmica que exija a las empresas detener sus actividades de fracking en presencia de sismos de una magnitud superior a 1.5 en la escala de Richter”, explicó Cristian Fernández, coordinador del área de Asuntos Legales de FARN.
Por su parte, Guillermina French, del Área de Investigación de FARN alertó que “si adicionamos la problemática económica a estas dimensiones, las empresas que operan en Vaca Muerta -cuya operatoria genera los sismos- se encuentran altamente subsidiadas por el Estado Nacional. En un contexto en el cual se ajustan programas sociales y el Fondo Monetario Internacional hasta exige la reducción de la masa salarial en Argentina, los subsidios a la extracción de fósiles quedan fuera de discusión”.
Mientras tanto, Ariel Slipak, coordinador del área de investigación de FARN añadió: “el incremento de la capacidad de despacho de gas por la puesta en marcha del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner es lo que genera la aceleración en los procesos de fractura. Si se lleva adelante un proyecto -sumamente inconsulto y antidemocrático- como el Oleoducto Vaca Muerta Sur, las empresas también van a continuar acelerando las fracturas. Los Estudios de Impacto Ambiental de los proyectos no contemplan esto último”.
“La apuesta a continuar promoviendo la explotación de combustibles fósiles en un escenario de calentamiento global y crisis climática va en contra de toda la evidencia científica presentada y mina el camino a un desarrollo sostenible”, expresaron desde FARN y OSI en los informes. (fuente)