Entregar nuestros datos personales a internet: Los riesgos y beneficios

La información personal se convirtió en el nuevo activo de las empresas digitales. Mientras tanto, surge el dilema de cuánto acceso tienen a nuestras vidas y qué herramientas tenemos para protegernos

Por Oriana Rivas *

El problema ni siquiera es que les damos nuestros datos para que nos vendan cosas, el problema es que esos datos determinan lo que consumimos a nivel intelectual con “sugerencias”, y solo vemos lo que quieren que veamos. Sin embargo, detrás hay temas legales y la pregunta de si cada uno de nosotros le damos suficiente importancia a nuestra información personal.

Unos 5.000 millones de dólares tuvo que desembolsillar Facebook en el año 2019 por violaciones a la privacidad de los usuarios. Era una suma sin precedentes pagada a la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC) que investigaba a la empresa por uso malicioso de datos personales.

Facebook aceptó el acuerdo del organismo y se comprometió a hacer cambios. “Tenemos la responsabilidad de proteger la privacidad de las personas”, se leía en el comunicado de su CEO, Mark Zuckerberg.

Un año después la empresa recibió una demanda de parte de 48 estados de EEUU, por querer imponer un monopolio digital al pisotear a pequeños competidores. Pocos días después, Google también fue demandado.

Los casos anteriores demuestran conductas de las plataformas digitales que están generado fuertes debates. La socióloga Shoshana Zuboff lo resume en una frase: capitalismo de vigilancia. La acuñó en 2013 para referirse a la mercantilización de datos personales. Una mina de oro que hoy controlan las principales empresas de Silicon Valley y otras en el resto del mundo. Para Zuboff, la información personal se convirtió en una mercancía que genera ganancia para otros.

Ciertamente, las nuevas tecnologías presentan riesgos en diversas esferas. Así lo expresa Eduardo Cimato, Director Nacional de Protección de Datos Personales (DNPDP), de la Agencia de Acceso a la Información Pública (AAIP).

El director del organismo explica que el riesgo no solo pasa por la potencial divulgación de información referida a la vida privada, y que pueda afectar la honra o intimidad de alguien, sino también por el uso discriminatorio, abusivo o no autorizado de esa información.

Asegura que la legislación argentina alcanza a empresas como Facebook, Twitter o Google siempre que realicen tratamiento de datos de argentinos.

¿Cuál es el valor de los datos?

Algunos expertos han llegado a afirmar que el mercado de datos se convirtió el “nuevo petróleo” de la industria digital.

Una encuesta de Accenture Argentina reveló que 97% de los ejecutivos considera que formar parte de un ecosistema digital es crítico para el éxito de su negocio. De esta importancia, han surgido disciplinas como el Big Data, machine learning o data science.

Sin embargo, la analogía no es muy valedera. El petróleo es un commodity, mientras que los datos pertenecen y afectan a las personas.

“El desarrollo de nuevas tecnologías siempre trae aparejados riesgos, pero también beneficios para la economía”, explica Cimato.

El experto explica que si uno mira el tratado internacional del Consejo de Europa (Convenio 108) no existe una prohibición de hacer uso comercial de la información personal. “Lo que el Convenio 108 les exige a los Estados parte es que adopten una serie de salvaguardas para que el uso de la información personal no afecte la dignidad de las personas”, asegura.

Para el director de la DNPDP, el desafío del Estado es regular de tal forma que se llegue a un balance entre los distintos derechos y bienes jurídicos protegidos.

Para María Carolina Abdelnabe, abogada experta en Protección de Datos Personales y Alta Tecnología, entendiendo a la protección de datos personales dentro de un ordenamiento, bajo una perspectiva económica y viendo su impacto en la sociedad, es válido preguntarse:

“¿Está dispuesta la sociedad a ceder todos y cada uno de estos avances en pos de no entregar sus datos personales?. La respuesta me atrevo a decir es ‘no’, los avances no pueden frenarse ni controlarse. Lo que sí puede y debe hacer cada individuo es ser responsable con los datos que entrega”.

Un estudio publicado en Statista reveló que en 2016 el mercado internacional de Big Data tenía un valor de 11 500 millones de dólares. Las proyecciones apuntan a que subirá a 70 000 millones de dólares para 2025. Es decir, un crecimiento de 568% en casi 10 años.

La elección está en cada uno

Adriana Amado, docente, investigadora y presidente de la organización Infociudadana aporta una visión que hace que nos cuestionemos como usuarios.

Desde su punto de vista existe una mirada “paternalista” donde se cree no somos conscientes de la información que entregamos a grandes empresas. Esa mirada, a su juicio, no es válida.

“A la gente no le importan los datos. Lo que me inquieta es que se les defiende de cosas que ellos mismos hacen deliberadamente”, afirma. La analista de medios cita como ejemplo las tarjetas de supermercados con ínfimos descuentos que la empresa usa para saber qué compras, cuándo y dónde.

Lo cierto es que todas estas plataformas parecen saber todo de nosotros. Lo que vemos, hacemos y queremos. Pocas veces leemos la letra chica y entregamos nuestros datos sin cuestionar demasiado. Luego de hacer “click” en la casilla de “términos y condiciones” se abre un abanico de posibilidades.

En materia de protección el régimen argentino otorga el poder al titular de los datos personales quien puede o no brindarlos, explica María Carolina Abdelnabe.

“Entonces es el titular de los datos quien tiene todo el derecho a brindarlos si así lo desea”, dice.

Leyes vs gigantes tecnológicos

¿Vamos hacia un mundo donde no estaremos más regidos por la ley o la Constitución, sino por los términos y condiciones de las plataformas tecnológicas que usamos?

Las plataformas digitales llegaron imponiendo reglas propias mientras que las naciones buscan seguirles el paso. La Unión Europea posee el Convenio 108 desde 1981, y luego en 2018 comenzó a aplicar el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR, por sus siglas en inglés).

El marco regulatorio de Argentina lo integran la Constitución Nacional (artículo 19), la Ley 25.326 de Protección de los Datos Personales y la Ley 27.483 que aprueba el Convenio 108 de la Unión Europea.

“Por supuesto que es viable regular este tipo de tecnologías”, afirma el director de la DNPDP sobre las Big Tech. A su juicio, el Estado va respondiendo a medida que la tecnología avanza.

“Por eso es importante que las regulaciones se modernicen y tengan un grado de flexibilidad que les permita adaptarse a los cambios”.

María Carolina Abdelnabe explica que sin dudas existe un afán regulatorio. “Ello, en mi entender por un sentimiento de miedo por parte del regulador: no entender lo que estos gigantes tecnológicos hacen”.

El miedo que parecen tener los reguladores no lo tienen los consumidores al momento de utilizar los servicios que brindan estas grandes empresas, afirma la abogado respaldando el argumento de Adriana Amado. “Es que en el fondo los consumidores sabemos que el verdadero control está en nosotros, a un ‘click’ de distancia”, enfatiza.

Incluso si con la regulación se llegara a captar la verdadera esencia de un determinado servicio tecnológico, la abogada añade que se corre el riesgo “casi seguro” de que dicha norma se vuelva anticuada al poco tiempo. “El propio dinamismo de estos mercados hace imposible su regulación”.

Pero no descarta que las Big Tech no puedan ser responsables de daños contemplados en la ley. Insiste que no es necesario crear nuevas normativas porque en Argentina ya existe un marco regulatorio para eso.

Nada es gratis

“Nuestros datos personales, con grados de profundidad escalofriantes, son el dinero con que pagamos todos estos servicios que nos parecen fantásticos”, afirma Ariel Torres, periodista especializado en divulgación científica en su columna publicada por La Nación. Su afirmación coincide con el vaticinio de Shoshana Zuboff.

Torres pone un breve ejemplo con Maps la aplicación de Google. “Me lleva y trae de las mil reuniones que tengo por año; de otro modo, viviría extraviado. Pero Google conoce cada lugar donde estoy y predice con certeza cuál será mi próximo movimiento. ¿Costo? Cero. La app y el servicio son gratis”.

Jaron Lanier, es uno de los padres de la realidad virtual en Estados Unidos. Sus críticas siempre hacen temblar a las grandes empresas tecnológicas. En 2018 lanzaba una clara advertencia:

“Servicios como Google y Facebook eran gratis por los anuncios. Al principio, era algo bonito. Pero entonces los consumidores y otras entidades que usan este sistema se volvieron más inteligentes y experimentados. Los anuncios se convirtieron en modificación de conductas”.

Su libro titulado “10 razones para borrar tus redes sociales de inmediato” comienza con esta frase: “Bienvenido a la jaula que te acompaña donde quiera que vayas”.

El Director Nacional de Protección de Datos Personales, Eduardo Cimato, plantea una lista de detallada de cómo cuidar nuestros datos en internet ante este escenario:

  • No responder mails donde solicitan que completes tus datos personales, ya que los correos electrónicos son uno de los medios privilegiados por donde pueden recolectar datos que afecten la privacidad del usuario.
  • Constatar que la página esté verificada, principalmente si se va a realizar una compra.
  • Leer siempre los términos y condiciones del sitio para saber que usos le van a dar a tus datos personales
  • Recordar que, ante cualquier incumplimiento, se puede denunciar ante la Dirección de Protección de Datos Personales de la Agencia de Acceso a la Información Pública.

Menciona que de acuerdo a la resolución de Resolución 4/2019 de la AAIP, el titular de los datos tendrá derecho a solicitar al responsable de la base de datos, una explicación sobre la lógica aplicada en alguna decisión, o a solicitar la revisión de esa decisión por parte de un humano.

Grandes números sobre datos personales

En cambio, Adriana Amado, afirma que la manipulación de los datos personales tiene que ver con grandes números. No existe, a su parecer, capacidad de procesamiento en Internet para hilar fino con cada usuario.

“La desagregación, que a partir de un dato una persona pueda saber qué hiciste, eso es muy caro y muy complicado. A nivel de marketing no funciona porque lo que les interesa a las marcas son las grandes tendencias. No qué compras vos”, enfatiza.

Hace referencia a los bancos, que saben qué consumís, a qué dedicás tu presupuesto llegando incluso a tener más información que Google. “Sin embargo son incapaces de mandarte una oferta que se ajuste a tus necesidades”.

Descarta la teoría de manipulación por cada individuo. “Es carísimo, es imposible y creo que nadie estaría preocupado por tu vida o la mía. Lo mismo pasa con WhatsApp, no tendría personal ni procesamiento para escuchar las conversaciones.”

“Sí es cierto que sabe a qué hora y lugar las tenemos, tiene el dato por ejemplo de que 90% de los grupos son de tres personas. ¿Pero qué se delibera en esas cosas? Creo que es más la fantasía”.

La abogada especialista en Protección de Datos Personales y Alta Tecnología, María Carolina Abdelnabe, insiste con una recomendación que engloba todo lo analizado en este artículo.

“El poder está en manos de los usuarios, son ellos los que pueden elegir si brindan o no tal y cual información, por lo tanto, una alternativa a evaluar consiste en la educación temprana de manejo de redes sociales y no tanto en una mayor regulación que, tal como expliqué, se presenta siempre como ineficaz”.

Lo que dicen las Big Tech

Las empresas tecnológicas afirman estar aplicando cambios en el uso que dan a nuestros datos personales para que no sufran filtraciones o sean usados para fines distintos, como ser vendidos a terceros.

Facebook tiene a disposición del público su política de datos. Allí se lee que pueden tomar información de tu celular y de “otros dispositivos que se encuentran cerca o están en tu red”. ¿Invasivo? Puede ser, pero la empresa lo deja explícitamente por escrito. Como ya sabemos, también es propietario de WhatsApp e Instagram.

“Si la publicidad digital no evoluciona para abordar las crecientes preocupaciones de los usuarios acerca de la privacidad y de cómo se utiliza su identidad, el futuro de la red libre y abierta está en riesgo”, dijo recientemente un directivo de Google.

El motor de búsqueda anunció que eliminará las cookies (archivos que se almacenan con las búsquedas que haces en Internet). Una vez que desaparezcan, la empresa no creará identificadores alternativos para rastrear a los usuarios, “y tampoco los usaremos en nuestros productos”, afirmó David Temkin, director de Gestión de Productos y Privacidad.

Los usuarios han dejado testimonios de cómo estas plataformas los rastrean y saben todo de ellos, incluso lo que dicen en conversaciones “face to face”, sin usar el celular. Por ejemplo, hablar con un amigo sobre “zapatillas” y al instante comenzar a recibir anuncios.

 

 

Consejo: Desactivá las notificaciones

Expertos han dado recomendaciones para evitar caer en la vorágine de sugerencias que las redes envían basadas en nuestra información:

  • Deshabilitar las notificaciones de las aplicaciones para que cada usuario decida cuándo quiere usarlas y no al revés.
  • Dejar de usar los dispositivos una hora antes de dormir y activar el “modo avión”.
  • Seguir a personas que no piensen igual. Esto permite conocer otros puntos de vista, cuestionarse y entender las diferencias.
  • No mirar contenidos recomendados sin antes reflexionar. Las redes buscan que sigamos viendo publicaciones porque ayuda a definir perfiles, y por ende beneficiar a los anunciantes.

*Licenciada en Comunicación. Escribe para el blog Rincón de Historias, Su Linkedin

 

 

Anexo  – Reporte sobre publicidad online que hizo el Reino Unido, temas de competencia y derechos del consumidor en publicidad online

La Autoridad de Competencia y Mercados (“CMA”) publicó su informe final que describe sus conclusiones en el Estudio de mercado de plataformas en línea y publicidad digital. La CMA encontró que la competencia no está funcionando bien en estos mercados y, como resultado, la CMA recomendó que el Gobierno apruebe una legislación para establecer un nuevo régimen regulatorio procompetitivo.

El informe aborda el complejo ecosistema de publicidad digital y la forma en que los consumidores interactúan con las plataformas en línea.

Aborda tanto los problemas de competencia, principalmente si las plataformas tienen poder de mercado en los mercados de cara al consumidor y si la competencia en la publicidad digital está distorsionada por la falta de transparencia, los conflictos de intereses y el poder de mercado, así como los problemas de los consumidores en el contexto del uso y control de los datos de los consumidores (fuente).

La CMA encuentra que, si bien la publicidad digital brinda servicios y contenido de gran valor a los consumidores, incluida la búsqueda en Internet, las redes sociales y el periodismo de noticias, la falta de competencia y las opciones limitadas en estos mercados también pueden causar daños al:

-Inhibir la innovación y el desarrollo de nuevos y valiosos servicios para los consumidores.
-Los consumidores pagan precios más altos por bienes y servicios, lo que refleja que, si bien las búsquedas y las redes sociales parecen ser gratuitas para quienes las utilizan, el costo de los ingresos publicitarios se incluye en el costo de los bienes y servicios. Los costos de la publicidad digital se estimaron en alrededor de £ 14 mil millones en el Reino Unido en 2019, o £ 500 por hogar.
-Los consumidores reciben una compensación inadecuada por su atención y el uso de sus datos personales y tienen menos capacidad para controlar cómo se usan sus datos personales. Por ejemplo, los consumidores pueden enfrentarse efectivamente a una oferta de “tómalo o déjalo” cuando se trata de suscribirse a los términos y condiciones de una plataforma.

Entre las recomendaciones tomadas se encuentran:

“Nuestras recomendaciones al gobierno:
El gobierno debería legislar para introducir un nuevo régimen regulatorio para
plataformas que comprenden tanto el código como las intervenciones favorables a la competencia,
sobre el trabajo de este estudio en plataformas en línea financiadas por publicidad digital, y
el del Grupo de Trabajo de Mercados Digitales, que también considerará en línea
plataformas financiadas por transacciones.
Más específicamente, hacemos las siguientes recomendaciones de alto nivel para
gobierno por lo que esta legislación debe incluir:
-Recomendación 1: Establecer un código de conducta ejecutable que regule el
comportamiento de las plataformas financiadas por publicidad digital que están designadas
situación estratégica del mercado (SMS). El propósito del código sería cumplir tres
objetivos de alto nivel de comercio justo, opciones abiertas y confianza y transparencia.
-Recomendación 2: Establecer el requisito de que una DMU lleve a cabo SMS
designación, introducir y mantener el código en función de los objetivos establecidos en el
legislación, y producir una guía de apoyo detallada.
-Recomendación 3: Otorgar a la DMU los poderes necesarios para hacer cumplir la
principios del código de manera oportuna, y enmendar sus principios de acuerdo con
condiciones del mercado en evolución.
-Recomendación 4: otorgue a la DMU los poderes necesarios para introducir una gama
de intervenciones favorables a la competencia, que deberían incluir:
una. Intervenciones relacionadas con los datos (incluido el control del consumidor sobre los datos,
interoperabilidad, acceso a datos y poderes de separación de datos)
B. Elección del consumidor e intervenciones predeterminadas
C. Intervenciones de separación

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