Ambiente de trabajo con stress, responsabilidad civil y de la ART

Un caso de indemnización y despido por las condiciones de trabajo

En la demanda presentada, se reveló que el demandante trabajó como operador de call center desde 2011 hasta mediados de 2013, donde atendía llamadas telefónicas para una empresa mexicana, reparación de impresoras, servicio técnico. Durante el turno de noche, el demandante era responsable de manejar tres líneas telefónicas simultáneamente, atendiendo entre 80 y 120 llamadas diarias.

Se detalló que todos los operadores llevaban a cabo tareas similares, debiendo completar una planilla mientras atendían las llamadas y resolvían problemas de los clientes. La presión por mantener una eficiencia constante era evidente, ya que el tiempo de cada llamada estaba estrictamente controlado a través de una aplicación.

El testigo también indicó que, durante el turno de noche, el demandante trabajaba solo con tres líneas de teléfono y que, en caso de no poder resolver un problema, debía consultar a un compañero. Se señaló que, en caso de recibir quejas por parte de los clientes, los operadores podían enfrentar apercibimientos o suspensiones.

Otro testigo,  afirmó haber conocido al demandante en 2012 o 2013 en la empresa de informática. Relató que el demandante tuvo que tomar licencia debido a ataques de pánico, atribuyendo este problema al trabajo extenuante, horas extras y asignación de tareas no previamente asignadas.

El entorno laboral se caracterizó por condiciones precarias, incluyendo equipos obsoletos y conexiones de red lentas, lo que afectaba la eficiencia del trabajo. Se destacó que la empresa no realizó un examen preocupacional al demandante para detectar posibles problemas preexistentes.

Los jueces consideraron que las condiciones laborales, sumadas a las presiones y exigencias del trabajo, contribuyeron significativamente al estrés psicológico del demandante. La sentencia ordenó una indemnización por daño patrimonial y moral, incluyendo a la ART, por un total de $3,832,198.52, cubriendo el capital original y los intereses acumulados hasta agosto de 2023.

En los testimonios presentados durante el juicio, un compañero de trabajo, identificado con la inicial “A,” manifestó haber compartido el mismo entorno laboral que el demandante desde el año 2011 hasta mediados de 2013. Este testigo afirmó que durante el turno de noche, el demandante atendía entre 80 y 120 llamadas diarias para una empresa mexicana.

Además, señaló que la tarea implicaba la realización de múltiples actividades simultáneas, como completar una planilla y satisfacer las necesidades del cliente en tiempo real, bajo la supervisión constante de los líderes de equipo.

Varios testimonios

Otro testigo cuya identidad se resguarda con la inicial “G,” indicó haber conocido al demandante en IBM en 2012 o 2013. Este testigo sostuvo que el demandante tomó licencia debido a ataques de pánico relacionados con el trabajo extenuante, la realización de horas extras y la asignación de tareas fuera de lo habitual.

Ambos testimonios coincidieron en describir un entorno laboral caracterizado por la carga de trabajo intensiva, la presión para cumplir con objetivos y la supervisión rigurosa por parte de los coordinadores y gerentes. Asimismo, destacaron las condiciones precarias de trabajo, como equipos obsoletos, conexiones de red lentas y asientos poco ergonómicos, que contribuyeron a generar un ambiente hostil.

Estos relatos fueron fundamentales para que los jueces concluyeran que las condiciones laborales y el sistema de presiones contribuyeron significativamente al estrés psicológico del demandante, respaldando así la indemnización otorgada por daño patrimonial y moral.

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