Por Martín Litwak
Comparto con ustedes un relato que no escribí yo pero que muestra por qué el peso de los ajusten termina casi siempre cayendo en trabajadores autónomos y jubilados.
Sí, es “MUCHO TEXTO”, así que déjenlo pasar si no tienen ganas de invertir algunos minutos.
Cuentan que en los tiempos de los últimos reyes de Francia, antes de la Revolución Francesa y durante el periodo conocido como Despotismo, es decir, cuando el Rey era “El estado”, uno de los súbditos, que tenía el cargo de Recaudador de Impuestos, se acercó al Rey con una nueva propuesta para aumentar las arcas del estado.
La propuesta del recaudador consistía en cobrar más impuestos a los ricos del reino.
El rey, muy complacido ante la ingenuidad de su subordinado le dijo:
“No, mi querido súbdito. A los ricos no. Son mis amigos casi todos, y si se enojan ya no me invitarán a sus fiestas, francachelas, guateques, bautizos, bodorrios ni querrán pasar tiempo conmigo. Todos ellos y nosotros somos “gente bonita” y no les podemos hacer eso. Además ¿Cuántos ricos hay en el reino? ¿Cuánto más podríamos recaudar? No, no , no. Eso ni pensarlo. Pero te lo agradezco y perdono, no tienes el conocimiento que yo tengo”.
Corrió agitado el recaudador a su oficina, listo para idear una nueva propuesta. Pero cuando se la presentó al rey este dijo:
“¿A los pobres? No mi querido súbdito, tampoco. ¿A esos de dónde les podemos sacar impuestos?. No tienen ni para comer. Además muchos de ellos son pobres por flojos, por ignorantes, por viciosos, etc. No, con ellos no te metas. Déjalos como están. Así viven contentos y tranquilos, sin ambiciones. No hay que alborotarlos. Además, son los que votan.”
Comentario al margen: no cierra mucho esta última frase o consideración en el momento histórico en el que se ubica la historia, pero bueno, ya les dije que no la inventé yo.
El subordinado, ya todo desorientado le preguntó al rey:
“Entonces, Su Majestad, oriénteme: ¿Qué me sugiere usted para recaudar más impuestos para la Corona?”
Y el rey le dijo:
“Cóbrales más a los de la clase media, a los burgueses, profesionales, comerciantes, académicos, científicos, músicos, a la mediana burocracia, etc. a esos sí.”
Y el recaudador contestó:
“Pero su majestad, ya les estamos cobrando impuestos. Siempre les aumentamos los impuestos a ellos. Se nos van a enojar”.
Y el rey le respondió:
“Es posible, pero la clase media tiene algo que las otras clases no tienen, o que muy pocos en ellas tienen. Son los sueños y ambiciones. Y su mayor sueño es ser ricos algún día, para lograrlo mismo estudian, estudian y estudian; trabajan, trabajan, y trabajan. Y sí, se van a molestar por tener que pagar más impuestos, pero su sueño va a estar por encima de su enojo y por lo mismo seguirán estudiando, estudiando y estudiando; trabajando y trabajando con la ilusión de llegar a ser ricos un día. Pero tampoco nos conviene que lleguen a ser ricos porque luego: ¿ quién pagaría impuestos? Por esas razones, a ellos hay que cobrarles más impuestos.”
“Recuerda, agregó el rey, los pobres votan, la clase media paga impuestos y los ricos nos celebran y nos invitan a sus fiestas.”
El recaudador se quedó impresionado de la sabiduría y agudeza mental de su majestad, y se fue corriendo a recaudar impuestos a la clase media.