Trabajó más de 20 años para un grupo hasta que se enfermó. Pese a la enfermedad, continuó trabajando incluso desde su casa. Pero, según denunció, su salario quedó congelado desde 2013 mientras otros gerentes recibían aumentos. En 2016, dejaron de pagarle el sueldo sin explicaciones y finalmente se consideró despedido. El juicio no tardó en llegar.
Los reclamos del gerente: sueldos en negro y discriminación
El gerente demandó a sus ex empleadores por despido injustificado, diferencias salariales y daños morales por discriminación. Alegó que:
- Su salario quedó congelado durante tres años, sin razones objetivas, mientras sus colegas recibían aumentos.
- Se le pagaban sumas en negro, como una gratificación anual de 30.000 dólares y otros beneficios.
- Otra empresa debía ser considerada su empleadora porque siguió pagándole gastos incluso después de haberlo “transferido”
- Fue discriminado por su enfermedad, lo que llevó a su desplazamiento de funciones y posterior despido.
La defensa de las empresas: un favor, no un sueldo
Las empresas argumentaron que el gerente nunca se reincorporó realmente después de su enfermedad y que los pagos que recibió hasta 2016 no eran salario, sino una “liberalidad” empresarial. También negaron haberlo discriminado y aseguraron que no había pruebas de sueldos en negro.
Lo que dijo el poder judicial: un fallo dividido
✔️ Lo que ganó el gerente
- El despido fue injustificado. Se comprobó que se le dejó de pagar el sueldo sin razón válida, lo que le dio derecho a las indemnizaciones laborales.
- Los sueldos congelados fueron arbitrarios. No había ninguna razón objetiva para que no recibiera aumentos como sus colegas.
- Algunos beneficios fueron salario. La Justicia consideró que el plan de medicina prepaga OSDE 450, la computadora portátil y el celular de la empresa formaban parte de su salario y debían ser incluidos en la liquidación final.
- La otra empresa del grupo también es responsable. Aunque formalmente dejó de ser su empleador en 2012, siguió financiando parte de su salario, lo que la convierte en co-empleadora.
❌ Lo que perdió el gerente
- No se probó el pago de 30.000 dólares en negro. Los testigos fueron vagos o contradictorios y la Justicia rechazó este reclamo.
- No se reconoció la discriminación. Aunque la empresa actuó arbitrariamente, no hubo pruebas de que el despido fuera por su enfermedad.
- No se le pagaron las vacaciones de 2015. La Justicia recordó que las vacaciones no gozadas no se compensan en dinero.
El monto final de la condena
La sentencia ordenó a las empresas a pagarle más de 9 millones de pesos en indemnizaciones, salarios impagos y diferencias salariales. Además, se actualizó el monto según el índice de inflación y con una tasa de interés del 3% anual.
¿Qué aprendemos este caso?
El caso del trabajador. deja varias lecciones importantes en el ámbito laboral:
✅ El empleador no puede “castigar” a un trabajador congelando su salario sin razón. Esto puede ser considerado un trato arbitrario y dar derecho a indemnizaciones.
✅ Las prestaciones en especie pueden ser parte del salario, incluso si no se pagan en efectivo. Un plan de salud de primer nivel, un celular y una computadora pueden ser considerados parte de la remuneración.
✅ Las maniobras empresariales para ocultar el verdadero empleador no siempre funcionan. Si dos empresas comparten empleados y gastos, ambas pueden ser responsables.
❌ No siempre es fácil probar pagos en negro. Aunque el trabajador denuncie sueldos ocultos, si no hay registros ni pruebas claras, la Justicia no los reconocerá.
❌ Arbitrariedad no es lo mismo que discriminación. Un trato injusto puede ser ilegal, pero no necesariamente discriminatorio.
En definitiva, el juicio dejó en claro que el abuso empresarial y la falta de registro de beneficios pueden costarle caro a los empleadores. Aunque no todo fue victoria para el gerente, la Justicia reconoció que se vulneraron sus derechos laborales y le otorgó una reparación millonaria.