“Estoy vendiendo un TV y se contacta un Sr interesado. Después de acordar el precio ($ 18.000) le paso los datos de mi cuenta CBU y ALIAS. Posterior a ello me envía un comprobante de la transferencia con datos reales pero por $ 180.000”, escribió Fabián en Twitter.
“Le aviso al comprador que se confundió y me dice que va a tratar de solucionarlo con el banco. Me devuelve el llamado diciendo que se van a poner en contacto de mi banco por unas cuestiones de seguridad y por el monto que voy a recibir. Ya que no se puede revertir”, prosigue su relato.
“Se contacta una supuesta persona del banco. Me explica que pasó y que debo aceptar la acreditación y luego devolverle el dinero. Me pide por un tema de seguridad corroborar mis datos y tenía TODOS mis datos exactos. Nombre, DNI, fecha de nacimiento, mail, CUIL. TODO PERFECTO”.
“Me dice: Ahora le va a llegar un mensaje de texto con un código del banco y necesito que me lo diga para poder terminar la acreditación” Y efectivamente me llega un código por mensaje de texto REALMENTE del Banco. Se lo brindo porque hasta ahí todo parecía relativamente creíble.”
“Se ve que intentó hacer algo y no pudo porque me dice “desde acá no puedo, necesito que vaya a un cajero”. Ahí ya todo dejó de ser normal. Le dije que no podía porque estaba trabajando y se puso insistente. Le dije que recién podía ir a la salida del trabajo. Ok ¿A que hora?”
“Le dije la hora y me contestó lo llamo entonces a esa hora. “Mientras tanto no use el home banking” Ahí ya me di cuenta que algo andaba mal. Traté de entrar al home banking y ya no podía. Me habían cambiado el usuario y la contraseña”.
“Me empezaron a llamar insistentemente que me iba a llegar un usuario y contraseña por mail y que se los diga. Algo que nunca llegó (no sé si eso no era para ganar tiempo y realmente necesitaban esa información). No los atendí más e hice la denuncia”, finaliza el usuario Fabián de RH en su Twitter, fuente del texto anterior.
Alerta por estafas virtuales
Para prevenir y evitar esto se pueden usar plataformas que oficien de intermediarias, como locales de compra venta de cosas usadas, o mercado libre.
Por otro lado, también se deben evitar dar datos por teléfono o medios virtuales de cuentas bancarias propias o información sensible, entre otros recaudos de seguridad.
Nunca dar información a terceros si se es requerida, mucho menos claves o tokens recibidos por mensajes de texto. Finalmente, denunciar en comisaría o fiscalía los intentos de estafa.