Novedades del derecho y las leyes argentinas para el ciudadano

Demandó a su ex tras divorciarse

Una pareja del mismo sexo se separó. Un cónyuge trabajaba en la peluquería

Por Kate Frank

Tras separarse, Juan (nombre ficticio) no había quedado conforme con lo que se quedó después de la separación y se veía afectado y desnivelado. Ambos tenían una peluquería en común.

Por eso, Juan demandó a su ex cónyuge el Sr. Daniel por lo que se conoce en derecho como una acción de compensación económica.

La jueza de grado decide rechazar la demanda ya que después de discutirla no le encuentra razón a este. Pero el demandante no se quiere dar por vencido y apeló.

¿Cuándo una demanda de compensación económica es justa?

Para que una demanda de compensación económica sea efectiva tiene que pasar tres cosas; que se manifieste un desequilibrio de un conviviente respecto al otro, que tal desequilibrio implique un empeoramiento en su situación económica y que este desequilibrio sea debido a la convivencia y ruptura.

Sumado a que este análisis se tiene que hacer de la evolución patrimonial de cada uno de los miembros, antes, durante y después de la ruptura.

Argumentos para pedir una compensación económica al separarse

Durante 10 años de unión él estuvo dedicándose en lo personal y en lo económico empleando muchas horas de trabajo al proyecto que tenían los dos, una peluquería.

No solo empleaba más horas de lo debido sino que también gracias a su carisma y buena atención hizo crecer a la peluquería, esta se pudo ampliar, generando más clientes y por lo tanto más dinero.

A su pareja le habían atribuido dinero debido a la demanda laboral que él había efectuado, pero que no bastaba que lo compensaran en su rol laboral, sino también por su aporte personal en cuanto obligaciones dentro de su pareja.

Alegó que la ruptura no sólo benefició al demandado sino que él se quedó sin nada, sin casa, sin trabajo, sin ahorros, que es su derecho exigir justicia y que tiene que ser compensado.

Argumentos para rechazar la compensación económica

Antes de unirse a Juan, Daniel era peluquero hace más de 11 años, tenía clientes propios con un local que le alquilaba a sus padres junto a patrimonios propios.

Mientras que su ex pareja antes de la relación trabajaba como conserje y no tenía capacitación para el oficio de peluquero ni patrimonios. Pero  gracias a su pareja le pagó cursos y capacitaciones, pudo trabajar con él en la peluqería, dijo.

Se defendió diciendo que su “carisma” no creció gracias a la peluquería porque la ampliación se efectuó con ahorros propios y de su madre.

Esta demanda no tiene caso, argumentaron, ya que el cónyuge no fue desfavorecido por la relación, por lo contrario salió capacitado profesionalmente, incorporó a su patrimonio un automóvil y también hizo viajes. Y por lo demandado laboralmente logró un acuerdo económico de $150.000, ya no hay nada que reclamar.

Finalmente, los jueces rechazaron la compensación económica porque no estaban dados los presupuestos legales para concederla.

La sentencia completa puede leerse en el sitio Erreius. Cuentan con suscripciones para leer opiniones de autores, leyes actualizadas y acceder a modelos.

 

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