Juan Carlos Recaudatori vivía en un caserío atravesado por la ruta nro. 48. Un día decidió instalar una foto multa, una cámara en el medio de la ruta con velocidad máxima de 60 km/h.
La multa es de $50 mil, por algo tan grave como el exceso de velocidad. Sancionó un código de faltas propio. Y estableció un pago voluntario de $ 8.000.
Varios incautos que venían por la ruta a 90 o 100 km/h eran atrapados por la foto multa de Recaudatori. Les llegaba un mail a su domicilio.
Como el caserío quedaba lejos y era más práctico pagar, necesitados de renovar la licencia de conducir, la mayoría pagaba la foto multa de tránsito.
Al poco tiempo, el superávit fue patente. El municipio recaudo y recaudó, compró instalaciones, construyó un gimnasio, un polideportivo, e invirtió también para instalar otra cámara de foto multa.
El caserío, que era de unos pocos habitantes, creció y creció. Se fue poblando. Todo gracias a dos cámaras de foto multas que instaló Juan Carlos Recaudatori.
Un día, Juan Carlos fue a la provincia, a la legislatura, mantuvo reuniones, y a cambio de concesiones, donaciones a la provincia, consiguió obtener el estatus tan ansiado, el de municipio.
Así se fundó el municipio de Recaudatori. Nadie sabe bien dónde se encuentra pero la leyenda urbana dice que existe.
Algunos dicen que hasta tuvieron la osadía de presentar un proyecto de ley en el congreso nacional, municipio de Recaudatori, capital nacional de la foto multa.
El presupuesto se fue incrementando a medida que más y más turistas desprevenidos pasaban por la ruta que atraviesa el municipio de Recaudatori.
Algunos hasta prefieren hacer una ruta alternativa, tomar por caminos de tierra, sendas rurales, antes que atravesar el municipio plagado de fotos bonitas. Pero es el camino más corto, la única precaución es bancarse unos kilómetros a velocidad muy reducida.
El municipio de Recaudatori se fue poblando. Un día, hasta un vecino recibió una foto multa. La pagó sin chistar, nadie escupe la mano que le da de comer.
El crecimiento fue exponencial. Como los automovilistas aminoraban la velocidad, y gastaban más combustible y tenían ganas de ir al baño, a los pocos meses se instaló una estación de servicio.
Así, el municipio de Recaudatori pasó a tener un gimnasio, un consejo deliberante, una dirección de tránsito para foto multas, una tesorería, y ahora una estación de servicio.
Cómo mucha gente olvidaba prender las luces bajas tras salir de la estación de servicio, al director de tránsito del municipio de, amigo de Juan Carlos, se le ocurrió instalar una garita con dos agentes de policía, sobrino y cuñado de Recaudatori, para multar por esto.
“Eh, pero son las 2 del mediodía, apenas hice 200 metros, vengo de cargar nafta” “Puede pagar la multa voluntaria de $12.000 o bien discutirla y arriesgar a pagar $60.000. El horario es de 8 a 13 en la dirección de tránsito de Recaudatori” “Eh pero si estoy de viaje!”
Y asi Recaudatori fue un ejemplo de crecimiento y emblema a imitar. Nada en esta historia de ficción es real, y cualquier similitud, mera coincidencia.
Pero si alguna vez, viajan por alguna ruta; y ven un cartel del municipio de Recaudatori, nunca dejen de conocer el parque temático y primer Museo de la Fotomulta, con modelos históricos. Atendido por el mismo Juan Carlos.
Los comentarios están cerrados, pero trackbacks Y pingbacks están abiertos.