Por Alan Wilder
A fines de 2017, el despido de Kevin Spacey de House of Cards sacudió a la industria del entretenimiento. Las múltiples acusaciones de acoso sexual contra el actor llevaron a Netflix a desprenderse de él, y obligaron a aplicar varios cambios en la serie de cara a su última temporada.
Todo esto para la productora significo una violación de contrato por parte de Kevin Spacey y el actor recibió la orden de pagar cerca de 31 millones de dólares a MRC, la compañía detrás de la serie.
Será a través de sus compañías, M. Profitt Productions y Trigger Street Productions, que se verá obligado a cubrir el monto de 29.5 millones de dólares por daños, además de $1.2 millones en honorarios legales, y 235 mil adicionales por costos extras, según informó Variety.
Spacey, de 62 años, perdió su papel protagónico como un político conspirador en House of Cards y ha mantenido un perfil relativamente bajo desde que fue acusado de crear un ambiente de trabajo «tóxico» en el set al presuntamente hacer comentarios groseros y tocar a los empleados jóvenes sin su consentimiento
Fue una de las primeras figuras importantes de Hollywood en ser acusado públicamente de conducta sexual inapropiada a raíz del escándalo de Harvey Weinstein, y cuando el movimiento #MeToo estaba ganando impulso. A raíz de esto MRC y Netflix despidieron a Spacey de House of Cards y sacaron a su personaje, Frank Underwood, de la trama.
El estudio dijo que como resultado perdió millones de dólares porque ya había comenzado a trabajar en la siguiente temporada, según los papeles del arbitraje citados por medios estadounidenses.
MRC presentó la demanda en enero de 2019, buscando recuperar los costos y argumentando que el comportamiento de Spacey violó la política de acoso sexual del estudio.
Spacey apeló la decisión, pero fue denegada este mes. Su abogado se ha negado a declarar a medios estadounidenses sobre el caso.