Déficit de precipitaciones y continuidad del agua
A raíz de la crisis hídrica en distintos lugares del mundo, se plantea el estatus de ese recurso vital, y el cambio climático
En estos dos últimos años se han registrado un fuerte déficit hídrico, es decir, falta de precipitaciones en la Ciudad de Buenos Aires y en el Conurbano Bonaerense. Esto se evidenció según observaciones realizadas en las Estaciones Meteorológicas de Ezeiza y Villa Ortuzar (CABA). El agua falta y lo confirman los datos.
En el año 2020, los sensores de la estación de Ezeiza registraron la lluvia total es de 806 mm y en el 2021 es de 639 mm, y en ninguno de los dos años se logró alcanzar el valor medio de precipitación de los últimos 63 años de registrados (del 1959 a 2021), que fue de 1003 mm.
Los datos recolectados de la estación de Villa Ortúzar marcan la lluvia total fue de 834 mm para el 2020 y de 958 mm. para 2020. Tampoco se logró alcanzar el valor medio de los últimos 63 años, que en esta estación, es de 1192 mm de lluvia.
Sobre la base de estos datos, es posible afirmar que ambas precipitaciones anuales no llegan a alcanzar el valor medio histórico registrado en cada una de las estaciones. En palabras simples, hay escasez de agua.
Efectos de la falta de precipitaciones en el abastecimiento de agua
El agua es un servicio público esencial. Lo es porque es un recurso vital, necesario para la vida y la salud. Esta falta de precipitaciones en los últimos años restringe el aporte de agua a los acuíferos Pampeano y Puelche. Esto influencia de manera negativa su potencialidad para el abastecimiento de agua de forma individual en los domicilios o desde un servicio centralizado como el de AySA.
En el acuífero Pampeano menos profundo que el acuífero Puelche, se ubica el nivel freático o “nivel de la napa de agua”, el cual depende directamente de las precipitaciones registradas en la zona.
Las perforaciones domiciliarias normalmente explotan el acuífero Pampeano, como máximo a unos 30/40 mts de profundidad, por lo que estos pozos cuentan con bajos rendimientos (hasta 5-10 m3/h). Además, su ubicación a poca profundidad, hace que el acuífero se vuelva vulnerable a la contaminación desde superficie.
En cambio, las perforaciones del servicio de agua de AySA explotan el acuífero Puelche, encontrando su techo entre los 40 y 50 mts bajo el nivel del terreno y su base entre los 70 y 80 mts de profundidad.
Teniendo en cuenta que las perforaciones de AySA no explotan el acuífero Pampeano, las mismas no son causantes de su escasez de agua. El descenso de los niveles en este acuífero es debido a la falta de precipitaciones que lo recarguen. Al no haber agua de lluvia, hay escasa infiltración y el nivel de la napa desciende paulatinamente, trayendo como consecuencia directa la falta de agua en los pozos domiciliarios al Pampeano.
Este es un fenómeno de la falta de lluvias en el área metropolitana de Buenos Aires afecta directamente la napa, y consecuentemente, afecta a los sistemas de abastecimiento de agua subterránea.
Mientras exista falta de lluvia respecto a los valores “medios” de precipitación en el conurbano y se sostenga año tras año consecutivamente esta falta de lluvia, existirá una falta de recarga del acuífero que se evidencia con la depresión de sus niveles de agua.
Acciones paliativas de AySA frente a la falta de agua en el Pampeano
Desde diciembre de 2019 hasta la fecha se ejecutaron un total de 237 nuevas perforaciones en los municipios del área de concesión de AySA que cuenta con zonas abastecidas por agua subterránea.
De ese número, 50 ya han sido transferidas para su operación en la red de servicio y hay en ejecución 168 nuevas perforaciones puelche y 19 nuevas perforaciones hipopuelche.
Parte de estas perforaciones serán destinadas a la mejora del servicio ofrecido a las personas que ya son usuarias del servicio, así como también la expansión de sus redes para llegar a quienes aún no cuenten con el ello.
De esta manera, teniendo en cuenta que el acuífero más afectado es el Pampeano, AySA continuará trabajando para expandir sus redes y sugiere que quienes tengan la posibilidad, se conecten a las mismas para abastecerse de agua extraída del acuífero Puelche.
Por otro lado, para AySA recuerda que el agua que suministra es monitoreada las 24 horas de los 365 días del año y en todas las etapas del proceso de potabilización hasta la puerta de cada hogar, por lo tanto, la empresa asegura la calidad y potabilidad del agua que llega a cada una de las personas usuarias.
Los comentarios están cerrados, pero trackbacks Y pingbacks están abiertos.