Un abuelo cobra un retroactivo de su jubilación.
La historia de Juan Carlos y su nieta Rocío, peleas, falsas acusaciones, la peripecia bancaria. Un caso judicial real, con agregados de ficción y gatitos, por supuesto
Juan Carlos tiene 82 años recién cumplidos. Su única nieta Rocío se está por recibir de economista. Quiere cumplirle el sueño de viajar a Italia cuando cobre el retroactivo de la jubilación. “Hace años decís eso, abuelo”… le especha su nieta.
Una mañana de pleno agosto suena el teléfono fijo en la casa de Juan Carlos. Es el abogado del juicio previsional, salió el pago de la sentencia, finalmente, ¡tras casi ocho años! A Juan Carlos le estaban por embargar por un préstamo que sacó, regalos que fue comprando.
Rocío llora al teléfono escuchando a su abuelo. “Nos vamos a Europa…”, dice él. Rocío le pregunta si puede llevar una amiga de voley Lara, se paga el pasaje, le dice. Su abuelo le responde “Pero es una aprovechadora, vos sos economista, sabés”.
Más tarde se juntan con Lara en un café, piden un flat white,
“Y… podemos ir?”
_No sé, mi abuelo está dudando, parece que voy yo
_Ya sabía que me ibas a dejar, le responde Lara
_No es eso, no puedo
_Siempre fuiste garca, y egoísta, en el equipo igual, jugás para vos. Pensamos cambiarte pero solo pensás en utilitarismo, ¿eso estudiaste? ¿Soy un trapo? (deja el flat white a la mitad y se va).
Rocío le grita, ¡¡¡Lara, Lara!!! La gente se da vuelta, mientras comen un roll de canela.
La tarde siguiente se junta Juan Carlos con Rocío, su nieta, lo convence de no dejar el dinero en la caja de ahorro, en pesos quietos mejor no, abuelo, invirtamos en algo
_Bueno, asesorame
_Lo que ganemos es mitad tuyo
_Es un trato
Mientras tanto, la familia se entera el chisme de que Juan Carlos cobró el retroactivo. El fijo que no sonaba nunca….
Llama Quique, su hermano que hace años se había borrado… le preguntaba de su vida, si había podido cobrar, que él andaba con problemas…
Juan Carlos paga la deuda con el banco y encomienda el dinero a Rocío. A la familia ni pelota, llamó también Noelia, la esposa de Quique, su cuñada, con quien ni hablaba hace seis meses en un cumple. Justo ahora llueve gente, justo. Al volver a su casa, ve una carta documento.
Lo intiman a acreditar datos sobre su persona y las operaciones que curse en un plazo de 72 hs. Desde el banco. En el correo, a Juan Carlos le baja la presión. Cae al suelo, carta en mano. (Sonido de sirenas, ambulancia del SAME).
Se despierta con Rocío en la guardia.
_¿Abuelo estás bien?
La madre de Rocío, su hija, al lado. Saca del bolsillo la carta documento, se la da y le pregunta en qué invirtió:
_Algo de títulos, fondos, y algo de Bitcoin, pero ahora bloquearon Suena la alarma del monitor cardíaco.
_Qué es Bitcom?
Rocío le explica, Juan Carlos no entiende nada.
Los médicos le piden que no hable más, Ana, la madre de Rocío, no se quiere ir… los médicos le piden que dejen a Juan Carlos descansar. Le ponen un holter.
Días más tarde, acompañado de Rocío, Juan Carlos sale por quinta vez en un año a la calle. Van al banco. Por las dudas lleva DNI, fotocopia, papeles del auto, un Renault 4, y carnet de vacunación. Más de veeinte años como cliente. Llega. Y empieza lo peor:
En el banco lo empiezan a pasear por varios sectores, aparte de la espera inicial. Su oficial de cuentas estaba de licencia, tuvo que lidiar con Germán, cincuentón con barba candado. Germán ni lo mira, le habla rápido, como despachándolo. La cuenta está bloqueada.
Juan Carlos se pone a gritar, Llega el guardia de seguridad del banco. Rocío lo acompaña, cuando salen entra Lara, que ni la saluda. Salen corriendo.
-Ya te lo expliqué tres veces: tenés que dar explicaciones de los ingresos que recibiste en tu cuenta. Es así la normativa
-No la tengo en mi cuenta. Mi nieta compró Bitcom…. No recuerdo ahora
-Por eso le digo, tiene que dar explicaciones… lo llaman desde el banco.
Llega Rocío a la casa, se concentra en explicarle que es conveniente holdear., HODL, abuelo. Es mejor seguir esperando a que suba de vuelta. “El mercado es así”. Juan Carlos preocupadísimo.
Pasan los días y Juan Carlos se presenta a una mediación sin su abogado porque, en palabras de él, decía: me voy a defender solo de estos hijos de… Cuando llega, le explican que sí o sí tiene que ser con abogado. “Vuelva otro día”
Otro día se transforma en meses. Juan Carlos se presenta ante el juez en la audiencia con su abogada,
_“Te pido una sola cosa: quedate callado, hablo yo y todo va a salir bien”, le dijo. Obedeció, pensando en Rocío, Europa y las inversiones…. Demanda al banco por el bloqueo.
El juicio se hace largo. El fijo no suena. Rocío mientras apuesta al hodl. Con Lara siguen peleadas, y encima les toca jugar en el mismo equipo, salen de gira.
_Viste que al final ni te vas, por turra te pasa
_Callate, mala leche, le dice en el medio del set
Un día recibe un llamado, es Quique. Che, sabés que justo te quería proponer un negocio… tanto tiempo que no hablamos (clac)
Rocío sale de vacaciones, le deja el gato a Juan Carlos. El gato se llama Malo. Está medio endemoniado. Se rebuscó para arañar el sillón, pese a la frazada que Juan Carlos le puso encima.
Llama a su nieta, abuelo, dale mimos
_qué mimos ni ocho cuarto! LLEVATELÓ
Un día el gato deja de comer el alimento que le había dejado Rocío, Juan Carlos no sabe que hacer. Al día siguiente tampoco toma agua.
A Juan Carlos le queda una sola lata de atún, tras el embargo compra menos, el juicio sigue. Llama a Rocío preocupada. Ella está en Cancún.
Hay que llevar al gato Malo a la veterinaria, Juan Carlos le pide a su hija pero es alérgica. La única que podría, con experiencia, es Lara. Rocío la llama desde Cancún
_Necesito un favor, ya sé que te corté el rostro pero escuchame
_basura, me llamás cuando necesitás nomás
El gato no mejora. Rocío vuelve a insistir. Le ruega a su abuelo. No quiere llevarlo. En eso, Juan Carlos escucha que alguien le toca el timbre, otra vez el cuento del tío, piensa…
El gato vomita, sobre el sillón.
Juan Carlos se tropieza, se golpea con la mesa yendo a abrir la puerta, grita ¡¡¡LA CADERA LA CADERA!!!
Vuelve a sonar el timbre, y ahora el teléfono, el gato sigue con arcadas. Malo se pone pálido.
Como puede, Juan Carlos se arrastra hasta la puerta. Es Lara, vine a buscar el gato, soy amiga de Rocío, pasá pasá, van los tres a la veterinaria, Lara, Malo y Juan Carlos. Le dan suero a Malo y mejora. Juan Carlos aprovecha y le consulta al veterinaio por su cadera..
Salen de la veterinaria, se van caminando Juan Carlos y Lara. Este le cuenta de las inversiones de su nieta, de la cuenta bloqueada del banco, del Bitcomm. Lara empieza a sospechar, ya en voley había rumores, porque Rocío les quería vender inversiones. De armadora pasó a ponzista.
Juan Carlos llega a su casa con Malo, el gato se siente mejor porque ahora le rompió la cuerina de una silla. Se hace unos mates y recibe el llamado de la abogada del caso. Parece que el expediente entró a sentencia, el martes hay novedades,
_¿Y los ahorros?
_Ah. eso pregúntele a su nieta, acá estamos viendo si cobra indemnización del banco por bloqueo de su cuenta,
El lunes recibe un llamado de Rocío desde Cancún, abuelo llego el domingo, cuando salga lo del juicio nos vamos de viaje, dale?
_Pero Ro, y las inversiones?
_Y eso lo que te expliqué, hay que ver si cobramos algo de cuando del banco te bloquearon la cuenta injustamente,
El lunes siguiente Juan Carlos se levanta, le duele la cadera, otra vez le tocan el timbre, es el oficial de justicia. Le hace firmar la cédula. Salió la sentencia del caso.
La abogada llega corriendo, quiere ver el tema de honorarios. La sentencia sale a favor.
¡A Juan Carlos lo van a indemnizar por haberle bloqueado la cuenta indebidamente! Llama a Rocío, la nieta llega en bicicleta. Le cuenta de las inversiones…
Logramos juntar un poco más. Pero a esa Lara no la quiero invitar, le dice Rocío, Juan Carlos asiente, y… esa piba mucho no te quiere.
¿Hubo amor ahí? Porque te tiene como bronca, habla mal de vos. Algo así, le responde, Rocío.
Finalmente cobran la sentencia, Rocío compra los pasajes y anuncia en el grupo de voley que se va, que no va a estar para el partido de octavos, ese mismo día sale el vuelo a Roma. Se van los dos.
Les tocan asientos separados, Juan Carlos se levanta para ir al baño. Va un poco más adelante. Escucha que alguien le agarra la mano, desde el pasillo, cuando está caminando con su bastón.
_Juan Carlos, no digas nada. Me compré el pasaje, perdón por haber desconfiado de Rocío, quería venir también,
_¡¿Eh, qué hacés acá?! Qué sorpresa.
Embarcados los tres a Roma, en pleno vuelo, y con la cuenta bancaria en orden, esta historia termina.
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