Por Clara Cattarossi
La moda hoy tiene tal impacto cultural que, aunque no quieras seguirla, de alguna forma lo hacés: sea poniéndote un taparrabo como lo hacían los griegos o a modo de protesta. Denotan humores, maneras en las que queremos ser percibidos/as y hasta personalidad. La ropa es el marco que encuadra nuestro cuerpo, lo representa y lo hace hablar por sí solo. Es un síntoma de nuestra época y de nuestra reacción ante ella. Por eso, Derecho en Zapatillas quiso destacar la magia que esconde la ropa con el showroom vintage Jaleo.
Jaleo surgió en 2017, con la fundación de las primas María y Clara Malleo Gil, mientras que la segunda vivía en el exterior e hicieron un viaje juntas. Visitaron un bar homónimo al showroom vintage, donde surgió la charla de querer empezar un emprendimiento propio.
Siempre que María viajaba, traía ropa del extranjero y la revendía en Buenos Aires, y con el tiempo notó que, cada vez que abría su placard, había mucha expectativa por parte de sus compradoras. Cuando todavía la ropa de segunda mano estaba entrando en su apogeo, a María se le ocurrió vender productos usados a un precio mucho más barato. Clara, licenciada en Comunicación Social, aún trabajaba en una agencia pero le daba una mano a su prima en el sector comunicacional. En febrero de 2020, semanas antes de que el coronavirus fuera declarado pandemia, la vida de Clara dio un giro inesperado y se metió de lleno al proyecto de Jaleo.
¿Qué es Jaleo exactamente? Pues, como mencioné renglones atrás, un showroom de ropa usada en perfectas condiciones seleccionada minuciosamente y que trabaja a consignación. Pero Jaleo entra en la sección de Empresas Valiosas porque tiene un valor agregado: gozan de una diversidad de consignatarias, que incluye aquellas que solo se renuevan, otras que están interesadas en la remuneración y a quienes les atrae la idea de intercambio.
“Lo importante es que las prendas no estén estancadas, ya sea que las vendas, las dones o las regales”, cuenta Clara. “Hay que empezar a deconstruir esta idea de que ‘cuanto más tenemos es mejor’”. El corazón de la filosofía de la economía circular es la idea de no acumular. Lo que puede ser viejo para una persona, “empieza una vida para otra”. Doy fe de esto, pues recientemente les compré una campera de símil gamuza que es mi nueva joyita y que, evidentemente, quien la vendió no la quería más o pertenecía a los otros tipos de consignatarias. Es el renacimiento de la ropa que aún conserva su vida útil.
Clara define a la ropa de Jaleo como divertida, accesible y sostenible. Divertida porque hay muchos estilos, marcas, épocas y talles, factores importantes para mantener la diversidad. Las primas encuentran interesante que su showroom sea un punto de encuentro, donde se reúnen personas (mayoritariamente mujeres) de distintas edades, gustos y culturas para que puedan llevarse algo. “Lo que puede no interesarle a una, es la prenda de ensueño de otra”, cuenta Clara.
En cuanto a lo accesible, se trata de piezas a un precio barato en relación al original, ya que la prioridad es la circulación. Además, en relación con la sostenibilidad, Jaleo fomenta disminuir la compra en marcas de fast fashion, aunque no abolirlo porque “tampoco hace falta ser extremistas”. De la mano de este factor, la sostenibilidad que impulsa Jaleo es la de tener un menor impacto negativo en el ambiente al reutilizar prendas ya fabricadas, y puede aplicarse tanto a libros, muebles y otras cosas. Se sabe que la industria textil es muy contaminante, pero no es frecuente que se sepa cuánto ni cómo.
El showroom cuenta con dos cuartos repletos de vestimenta, la cual estaba escondida en los placares de sus viejas dueñas y que podrían haber acabado en montañas de ropa en el desierto de Atacama o en el Riachuelo.
Otro de los aspectos valiosos de Jaleo es la diversidad de clientas. Está quien viene por una cuestión económica, quien viene por la sostenibilidad y las que las chicas llaman las “cazadoras” y se sorprenden con lo que pueden encontrar. Al final del día, termina siendo una mezcla de todo: terminás encontrando tu joyita y, a la vez, ahorrás y ayudás al planeta.
“La prenda te elige a vos”, dicen María y Clara. Ya que una pieza puede no irte por su talle, lo atrayente es cuando encontrás una por serendipia; cuando no te das cuenta de que la necesitabas hasta que la viste y te la probaste. En Jaleo hay tanta ropa que es poco probable que no encuentres lo que estabas buscando, pero también te podés sorprender.
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