Novedades del derecho y las leyes argentinas para el ciudadano

Influencers, moda y publicidad engañosa: Revolve ante una demanda millonaria

Una demanda colectiva en California acusa a la empresa de moda Revolve de encubrir pagos a influencers, vulnerando leyes de protección al consumidor en más de 20 estados. ¿Puede una etiqueta omitida costar millones? El caso plantea un interesante cruce entre derecho publicitario, redes sociales y la responsabilidad empresarial en la era digital.

Ligia Negreanu, compradora habitual de la marca Revolve, creyó estar siguiendo recomendaciones espontáneas de influencers cuando, en realidad, muchas de esas publicaciones eran contenido publicitario no declarado. Según la demanda presentada ante el tribunal del Distrito Central de California, la omisión de etiquetas como #ad o “paid partnership” constituiría una práctica comercial engañosa. Se reclaman 50 millones de dólares en daños.

La acusación incluye a tres influencers, y a empresas afiliadas a Revolve. Todos habrían violado lo dispuesto por la Federal Trade Commission (FTC), que exige que cualquier “conexión material” entre una marca y un influencer —sea monetaria o en especie— se declare de forma clara y notoria.


Lo que dice la ley: publicidad encubierta y protección al consumidor

En EE.UU., la FTC establece directrices específicas para los endorsements en redes sociales. El principio clave es la transparencia: si un post es pagado o influenciado por un beneficio comercial, debe decirse. No basta con etiquetar a la marca; hay que informar al público que se trata de un anuncio.

En Argentina, este tipo de conducta también podría tener consecuencias bajo la Ley de Defensa del Consumidor (Ley 24.240), que exige información clara, veraz y detallada sobre los productos ofrecidos. Además, el Código Civil y Comercial establece en su artículo 1100 que “la información debe ser proporcionada antes de la contratación, de manera cierta, clara y detallada”.


El caso “Negreanu vs. Revolve”: una narrativa jurídica

Hechos (ficcionales, salvo lo legal):
La señora Ligia Negreanu, docente universitaria y aficionada a la moda, solía seguir a la influencer ficticia Minnie Scavo(inspirada en una superheroína de película), quien promocionaba prendas de Revolve en sus historias y publicaciones. Lo hacía sin mencionar que eran pagos o regalos.

Creyendo en la “autenticidad” de esas recomendaciones, Ligia compró varias prendas por valores que oscilaban entre los USD 150 y 400. Luego descubrió que esos outfits eran parte de una estrategia comercial encubierta, algo que podría configurar publicidad engañosa y violación del principio de buena fe.


Precedentes judiciales relevantes

Uno de los antecedentes más citados en este tipo de conflictos es FTC v. Lord & Taylor (2016), donde la empresa fue sancionada por pagar a influencers para publicar fotos con un vestido sin declarar que era publicidad. El fallo remarcó la necesidad de que las divulgaciones sean “inequívocas, prominentes y entendibles”.

En Argentina, si bien aún no existen fallos emblemáticos sobre influencers, podría aplicarse el artículo 10 del Código Civil y Comercial: “la ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos” y el artículo 12, que reprime el fraude a la ley mediante actos que aparenten legalidad para encubrir finalidades prohibidas.


¿Puede un hashtag evitar una condena?

Sí. La inclusión de un simple “#ad” o “contenido patrocinado” puede marcar la diferencia entre una práctica legal y un delito de publicidad engañosa. En tiempos donde la confianza se monetiza, omitir ese detalle no es una omisión menor.

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