El 30 de octubre de 2020, cuando el abogado participó en una videoconferencia para negociar a favor de su cliente en una acción laboral. Si el dicho popular afirma que todo termina en pizza, aquí se aplica otra máxima: podría terminar en perritos calientes. Y todos los involucrados están satisfechos con el resultado.
“Quería conciliar, quería resolver, ayudar a todos. Y [con este acuerdo] sería bueno para todos”, explicó el abogado que sugirió la negociación en una entrevista con UOL.
¿Qué sucedió? El caso en cuestión trataba sobre un despido injusto durante la pandemia. El cliente de Rodolfo había estado trabajando en una famosa hamburguesería desde julio de 2019 y fue despedido en marzo de 2020 sin mayores explicaciones.
En la demanda, estaba reclamando el pago de vacaciones vencidas y horas extras, lo cual se le concedió. También terminó con la posesión de una motocicleta comprada a nombre del dueño del negocio y cuyas cuotas había pagado el trabajador.
Al final de la mediación, la jueza tomó una decisión final: la empresa debía pagarle un total de R$ 21,000 en efectivo y un añadido inusual. Del total, R$ 20,000 eran para el cliente. Los R$ 1,000 restantes se referían a los honorarios del abogado, quien también pidió 20 perritos calientes de la lanchoneta “Zé Dog”.
“La demandada pagará al demandante la cantidad neta y total de R$ 21,000, siendo R$ 20,000 a título de crédito del demandante y R$ 1,000 referente a los honorarios advocatícios sucumbenciales, además de 20 perritos calientes para ser consumidos en el lugar, de forma gradual, al patrocinador del autor.”
El propio Rodolfo explica a UOL cómo sucedió esto.
“Llegamos a la audiencia, negociamos y él quería llegar a un monto menor que mi pretensión. Le dije: ‘mira, hagamos lo siguiente, para cerrar como tú quieres, acepto este monto. Pero quiero otros 20 panchos o perros calientes'”, contó.
El dueño de Zé Dog intentó argumentar y ofrecer solo 10 bocadillos. Rodolfo respondió: “No, [quiero] 20”, dijo. Y así se decidió. A través de una aplicación de entrega, los bocadillos se venden a partir de R$ 10. Están compuestos por pan de perrito caliente, queso mozzarella, salsa, vinagreta, papas fritas y hasta tres salchichas. El establecimiento está ubicado en la región central de la capital de Mato Grosso.
‘Es una delicia’ Él mismo señaló las razones que lo llevaron a hacer la propuesta: el perrito caliente en cuestión es famoso en la ciudad, conocía al propietario y el problema laboral no tenía nada que ver con el propietario, sino con su yerno, quien era responsable de gestionar otro local del negocio.
“Es la voluntad de resolver y la flexibilidad. Ambos lados tienen el propósito de conciliar. La Justicia, representada en partes por el abogado, debe negociar. Así que él tiene que hacer su parte”, concluyó a UOL, reporta Camila Corsini.
(fuente)
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