Empleo en negro, vendedor y comisiones, responsabilidad de directores y socios
Un caso de derecho laboral, demanda por empleo en negro de un vendedor
La Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo emitió una sentencia que marcó un hito en la protección de derechos laborales frente a prácticas empresariales irregulares.
La demanda fue iniciada por Marty McFly (nombres cambiados) quien afirmaba haber trabajado durante casi una década para la compañía de turismo estudiantil Wanderlust Travel Corp.
Sin embargo, la empresa y sus socios, entre ellos Emmett Brown, Biff Tannen y Jennifer Parker, negaron la relación laboral, argumentando que McFly operaba de manera independiente. A continuación, se detalla el análisis de la sentencia, incluyendo testimonios claves y citas directas que sustentaron la decisión judicial.
Contexto de la demanda y relación laboral en clandestinidad
McFly comenzó a trabajar en 2004 en Wanderlust Travel Corp., contratado por el propio Emmett Brown, quien lo convocó para desempeñarse como gerente de ventas en la zona de Hill Valley. Según relató el propio McFly en primera instancia:
“Mis funciones incluían la promoción y venta de paquetes de viajes de egresados en varias escuelas de Hill Valley. Yo organizaba reuniones con padres y estudiantes, gestionaba las comisiones de venta y hasta acompañaba a los grupos en los viajes. Sin embargo, la relación laboral nunca fue registrada formalmente”.
Durante los años que trabajó para Wanderlust, McFly percibía un salario base de $20,000 más comisiones, que llegaban al 10% de cada venta. No obstante, los pagos no siempre se realizaban en tiempo y forma, como comentó en primera instancia Daniel Esteban Brola, un padre que contrató los servicios de Wanderlust para el viaje de su hija:
“Marty estaba completamente a cargo de coordinar todo. En una de las reuniones en el colegio, él presentó el paquete completo y organizó una visita para hablar con todos los padres. Parecía tener control total sobre el servicio, y cuando le pregunté por los detalles específicos, siempre debía consultar con alguien en la empresa central”
Este testimonio, junto con el de otros padres y colaboradores de McFly, resultó esencial para acreditar la existencia de una relación de dependencia laboral, dado que la empresa mantenía un control directo sobre las actividades de Marty.
Prueba de la relación laboral mediante testimonios y documentos
La Cámara determinó que existía suficiente evidencia documental y testimonial para respaldar la posición de McFly. David Alejandro Barindelli, quien también trabajó en la empresa como gerente de otra zona, sostuvo en su declaración:
“Conocí a Marty cuando ingresamos juntos en 2004. Ambos teníamos funciones similares, pero él era responsable de la región de Hill Valley, donde promovía y cerraba los contratos de viaje. Durante la temporada alta, las reuniones eran constantes, y trabajábamos de lunes a lunes, coordinando la logística y manteniendo contacto permanente para resolver cualquier inconveniente que surgiera”
La sentencia cita textualmente la prueba testimonial para demostrar cómo McFly no solo recibía instrucciones de los socios principales, sino que estaba sujeto a un horario y a una organización propia de una relación de dependencia. En este sentido, la Cámara refirió al artículo 23 de la Ley de Contrato de Trabajo, que establece que:
“El hecho de la prestación de servicios hace presumir la existencia de un contrato de trabajo, salvo que se demuestre lo contrario. Esta presunción opera aun cuando se utilicen figuras no laborales para caracterizar el contrato”
Negativa de la empresa y la teoría de la independencia
Wanderlust Travel Corp. y sus socios, Emmett Brown y Jennifer Parker, argumentaron que McFly operaba como un vendedor independiente, sin subordinación ni dependencia económica. Según ellos, el período de venta de los viajes era limitado, lo que no permitía una relación laboral continua, y añadieron que McFly utilizaba sus propios medios para llevar adelante la tarea, como su equipo de vendedores. Este argumento fue reforzado por Biff Tannen, quien alegó:
“McFly tenía sus propios contactos y operaba su fuerza de ventas en Hill Valley. Nosotros solo le proporcionábamos los paquetes, pero él administraba las ventas y a su equipo como consideraba conveniente”
Sin embargo, la Cámara consideró que esta defensa era insuficiente para desvirtuar la presunción del artículo 23 de la LCT, especialmente en vista de los testimonios que señalaban la dependencia y el control que la empresa ejercía sobre McFly. En palabras del tribunal:
“El hecho de que el actor organizara reuniones, cerrara contratos y gestionara pagos bajo la coordinación de la empresa demuestra un esquema típico de relación laboral, contrario a la independencia alegada por la demandada”
La inoponibilidad de la personería jurídica
Otro aspecto clave en la sentencia fue la cuestión de la “inoponibilidad de la personalidad jurídica” bajo el artículo 54 de la Ley de Sociedades Comerciales. McFly argumentó que la empresa utilizaba su estructura societaria para evadir responsabilidades laborales. Sin embargo, el tribunal consideró que, si bien existían ciertas irregularidades, no se había demostrado un abuso tal que justificara levantar el “velo societario” de Wanderlust Travel Corp. En este sentido, la Cámara afirmó:
“El artículo 54 de la Ley de Sociedades Comerciales establece que solo debe desestimarse la personalidad jurídica cuando se configura un claro abuso de la forma societaria con el fin de defraudar derechos. En el presente caso, si bien se reconocen ciertas faltas, no hay elementos para concluir que se haya desvirtuado la estructura societaria en un sentido abusivo”
Responsabilidad de los administradores bajo el artículo 274
Si bien no se aplicó la inoponibilidad de la personalidad jurídica, el tribunal sí encontró responsables a los administradores de la empresa, conforme al artículo 274 de la Ley de Sociedades, que dispone la responsabilidad solidaria de los directores por el mal desempeño de sus funciones. En este caso, Emmett Brown y Jennifer Parker fueron considerados responsables debido a que permitieron la contratación de McFly en condiciones de total clandestinidad, sin registro ni pagos formales. La Cámara puntualizó:
“La práctica de mantener en la clandestinidad una relación laboral tan extensa constituye un claro incumplimiento de las obligaciones de los directores de la empresa, quienes deben responder solidariamente por los daños generados”
El testimonio de Walter quien contrató los servicios de la empresa en varias ocasiones, reforzó esta responsabilidad al señalar:
“Cada vez que había un problema, como el retraso en la llegada de un grupo al hotel, Marty siempre debía resolverlo con el equipo directivo de la empresa. Era evidente que recibía órdenes y que actuaba en nombre de Wanderlust””
Actualización de créditos y protección del valor adquisitivo
Dada la naturaleza de los créditos laborales, el tribunal decidió actualizar las sumas adeudadas para evitar la pérdida de valor adquisitivo. En esta actualización, se aplicó el índice RIPTE (Remuneraciones Imponibles Promedio de los Trabajadores Estables) con una tasa de interés adicional, en cumplimiento de la jurisprudencia de la Corte Suprema, que busca asegurar que los créditos laborales no se vean erosionados por la inflación. La Cámara sostuvo:
“La protección del crédito laboral exige mecanismos que garanticen su integridad frente a la devaluación monetaria, por lo cual se aplicará el índice RIPTE junto con una tasa de interés del 6% anual”
Indemnización, multas y costas
La Cámara condenó a Wanderlust Travel Corp. a abonar las indemnizaciones y multas correspondientes, incluyendo las establecidas en los artículos 8 y 45 de la Ley de Contrato de Trabajo. Además, se impusieron las costas a la empresa, subrayando que los demandados fueron los vencidos en el juicio, y que las pruebas presentadas demostraron un claro incumplimiento de la normativa laboral.
Esta decisión deja en claro que, aunque la personalidad jurídica de una empresa pueda proteger a los socios en ciertos aspectos, esta protección no es absoluta, especialmente cuando existen pruebas de maniobras irregulares en perjuicio de los trabajadores. Además, la sentencia enfatiza la relevancia de la responsabilidad individual de los administradores, quienes deben responder por sus acciones y omisiones en la dirección de la empresa, promoviendo así un ambiente de trabajo justo y transparente.
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