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Autos eléctricos, ¿Más allá de lo sustentable?

La autora de la nota analiza el fenómeno de los vehículos eléctricos, costos, seguridad e impacto ambiental

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Por Dalia Rabinovich

A la hora de analizar el fenómeno de los vehículos eléctricos, el parámetro más usual que suele venir en mente es el ambiental. A nivel general se cree que constituyen una opción más sostenible en comparación a un auto que funciona a combustión.

Sin embargo, más allá de dicha cuestión, existen otros parámetros que deberían tenerse en cuenta al momento de optar por alguno de dichos vehículos. A continuación se analizarán algunos de ellos.

Se espera que las ventas de vehículos eléctricos (EV) alcancen los 45 millones de unidades por año para el ciclo 2040, con un stock global total de vehículos eléctricos de 323 millones, según una nueva investigación de Wood Mackenzie.

 

Seguridad de los autos eléctricos

El primer parámetro se refiere a la seguridad que conlleva cada uno de los vehículos. El hecho de que los vehículos eléctricos se encuentren en el mercado hace un período de tiempo relativamente corto genera que aún no se cuente con estadísticas que permitan determinar de forma precisa la seguridad en comparación a los vehículos tradicionales.

De todas maneras, y a pesar de que existen distintas opiniones, la Administración Nacional de Seguridad Vial del Departamento de Transporte de Estados Unidos publicó un estudio sobre los autos eléctricos (fuente).

En este estudio se afirma que la propensión y gravedad de los incendios y explosiones por la ignición accidental de electrolíticos inflamables utilizados en los sistemas de baterías de iones de litio (utilizadas en los vehículos eléctricos) sean comparables o probablemente inferiores a los de los combustibles para vehículos de gasolina o diesel.

Si bien no es posible eliminar todo tipo de riesgo en ninguna clase de vehículo, las empresas fabricantes de autos eléctricos buscan reducir significativamente el riesgo de incendio en dichos autos. Lo que se busca es minimizar el riesgo y brindar la máxima seguridad posible al conductor y a los pasajeros.

 

Los costos de los vehículos eléctricos

El segundo parámetro consiste en los costos que conlleva cada uno de dichos vehículos. Por un lado, el hecho de conducir un vehículo eléctrico permite el ahorro en el consumo de gasolina.

Sin embargo, también se genera un aumento en el consumo de electricidad, lo cual, inevitablemente, conlleva un mayor costo económico al respecto.

También debe considerarse que el costo de la electricidad varía notablemente en cada región. En ciertos países la misma se encuentra subsidiada, por lo cual su costo es inferior en comparación a otros países con mercados más costosos para los usuarios.

Además, los países que se abastecen con electricidad importada suelen tener mercados menos económicos que aquellos que cuentan con una relevante generación de energía eléctrica.

En relación al costo que genera la compra del vehículo en sí, el precio de los vehículos eléctricos es similar al de los autos que funcionan a combustión.

Esto se debe a los subsidios que otorgan ciertos países sobre los vehículos eléctricos. Más allá de ello, a medida que los vehículos eléctricos se tornen más comunes, la industria del automóvil se acercará al punto en el cual, incluso sin subsidios, será igual o incluso más económico adquirir dichos automóviles (fuente).

 

El mantenimiento de un coche eléctrico, y la obsolescenscia

Relacionado con los costos, un coche eléctrico suele tener una mecánica más sencilla, por carecer de embrague, aceite, filtros, correas de distribución. Esto haría que su mantenimiento, en general, también sea más económico. “Se estima un ahorro de un 25% con respecto al de un vehículo convencional, lo que puede suponer más de 2.000 euros a lo largo de 10 años y 200.000 kilómetros” (fuente).

A esto debe sumarse las ventajas e incentivos fiscales que los países otorgan a los autos eléctricos. En distintas regiones, los impuestos a los vehículos eléctricos son menores en comparación a los de motor a combustión de nafta o gasolina.

Según algunos estudios e investigaciones, el costo de mantener y reparar un auto con motor eléctrico sería un 30% menor que el de uno de combustión (fuente).

Aunque la diferencia puede no ser tan significativa a largo plazo. Asumiendo que el auto se usa durante una vida útil de  14 años, el costo aproximado sería de 52,133 libras, mientras que el de gasolina tendría un costo de 53,625 libras (fuente). Lo cierto es que esto puede variar según el modelo de auto y otros factores locales.

En torno del precio del auto en sí, modelos de distinto rango, desde las marcas de lujo que ofrecen sus versiones, hasta el Seat Mii Electric se puede comprar por poco más de 18.000 Euros, con una autonomía de unos 260 kilómetros, pensado como auto urbano.

 

foto: Xataka

 

La sostenibilidad y sustentabilidad del auto eléctrico

La tercera cuestión se relaciona con la sostenibilidad. Algunos expertos aseguran que los vehículos eléctricos son aún más contaminantes que aquellos que funcionan a combustión.

Según esta corriente, para la fabricación de un vehículo eléctrico se utiliza mayor energía que para producir un auto a combustión. Tal es así que, a posteriori, no se logra compensar el ahorro energético que se produce con su uso (Zehner, O. (Junio, 2012). Green Illusions: The Dirty Secrets of Clean Energy and the Future of Environmentalism .United States, Nebraska: University of Nebraska Press).

Sin embargo, en la generalidad de los casos se cree que, muy por el contrario, los vehículos eléctricos disminuyen el impacto negativo sobre el ambiente.

Según Andreas Unterstaller, experto en transporte y medio ambiente de la Agencia Europea de Medio Ambiente, optar por un vehículo eléctrico grandes beneficios, como un menor desperdicio de energía, la inexistencia de emisiones de escape de contaminantes atmosféricos como óxidos de nitrógeno y partículas y la disminución de la contaminación sonora (Unterstaller, A. (Diciembre, 2018). Vehículos eléctricos: una elección inteligente para el medio ambiente. Diciembre, 2019, de European Environment Agency Sitio web) .

A largo plazo, se estima que el impacto negativo que generan los vehículos eléctricos sobre el ambiente será cada vez menor, ya que Europa busca incrementar el uso de energías renovables.

La normativa de la Unión Europea referida a energía limpia se basa en el principio de eficiencia energética, y propone alcanzar, como cuota mínima, un 32% de energías renovables para el año 2030.

Sin ir más lejos, el hecho de que los países miembro de la Unión Europea hayan ratificado el Acuerdo de París genera que hayan contraído la obligación y el compromiso de continuar impulsando la instalación de fuentes renovables.

También debe tenerse en cuenta que no todos los vehículos eléctricos provienen de la misma empresa, lo cual genera distintos grados de contaminación (ya que no todas las empresas son igual de responsables a nivel ambiental).

 

Batería y autonomía

En torno de la autonomía, baterías y puntos de recarga de los coches eléctrico, las baterías más recientes son las de litio, pero existen otros materiales con los cuales se producen las baterías de los vehículos.

Esto quiere decir que al no ser todos los materiales igual de contaminantes, el hecho de optar por una u otra batería determinará, en cierta forma, el impacto negativo que se generará en el ambiente.

Más allá de los distintos puntos de vista que se generen en torno a la cuestión ambiental, lo cierto es que todos los vehículos, ya sean a combustión, híbridos o eléctricos, tienen su grado de contaminación en el ambiente. Lo importante, en este caso, es optar por la opción que genere el menor daño ambiental.

La autonomía de los buenos modelos ronda los 500 kilómetros, hasta que se agota su batería. El Hyundai Nexo, por ejemplo, con fuel cell o a pila de combustible (hidrógeno) tiene un motor eléctrico de 120 kW (163 CV) y recorre más de 600 kms. El Tesla Model S tiene una autonomía de 610 kms.

Actualmente el auto de mayor autonomía es el  Lucid Air (foto de la derecha), que recorre unos 800 kilómetros sin necesidad de acercarse a un punto de recarga (foto y fuente).

 

El ruido de los vehículos eléctricos

El quinto parámetro se refiere al ruido que generan los vehículos. Los vehículos eléctricos son silenciosos, lo cual ayuda a disminuir la contaminación acústica y el riesgo de sufrir enfermedades que genera la exposición a altos decibeles de ruido.

A pesar de los efectos positivos mencionados, por medio de un Reglamento Delegado de la Unión Europea se estableció que a partir del año 2019 los vehículos eléctricos que se fabriquen en la Unión Europea y Estados Unidos deberán estar equipados con un sistema de alerta acústica a fin de anunciar su presencia y reducir los accidentes viales.

“El auto eléctrico generará automáticamente un sonido en el rango mínimo de velocidad del vehículo, desde el arranque hasta aproximadamente 20 km/h, y durante la marcha atrás. Cuando el vehículo esté equipado con un motor de combustión interna que esté en funcionamiento en dicho rango de velocidades del vehículo, el auto no producirá sonido”, dice la norma (fuente).

 

La estabilidad jurídica en los vehículos eléctricos

El sexto parámetro se relaciona con la estabilidad jurídica. El hecho de que se haya modificado legalmente el funcionamiento de los vehículos eléctricos en torno al ruido podría generar el temor de que a futuro se modifiquen otros aspectos.

Si bien la normativa mencionada de la Unión Europea no aplica a aquellos vehículos homologados previamente, a futuro se podría establecer la obligación de instalar el sistema acústico en todos los vehículos que se encuentran en circulación, afectando, de esa manera, a los vehículos que no cuentan con dicha tecnología.

Ya que la incorporación de los vehículos eléctricos en el mercado es reciente, no otorgan la misma seguridad jurídica que los autos que funcionan a combustión, encontrándose presente el temor de que a futuro se genere una saturación de
la red eléctrica.

Sumado a ello, existen empresas automotrices que ya están pensando en materiales alternativos al cobalto y al litio para las baterías de los vehículos eléctricos.

En ese caso, los propietarios de vehículos eléctricos que funcionan con ese tipo de baterías deberían analizar si a futuro se seguirán produciendo o, en su defecto, si las nuevas baterías serán compatibles con sus vehículos.

 

La comodidad de los vehículos eléctricos

El último parámetro analizado se basa en la comodidad de los coches eléctricos. La facilidad de conducir un vehículo eléctrico dependerá, en cierta medida, del lugar donde se realice.

Si se reside en un país donde la demanda de vehículos eléctricos se encuentra en alza, el hecho de conducir un vehículo eléctrico no generará grandes dificultades, ya que el país habrá generado la infraestructura necesaria a fin de que sea posible conducir uno de estos vehículos. Relacionado con la autonomía, los puntos de recarga son fundamentales.

Sería lógico que con un mayor consumo de vehículos eléctricos el país invierta en la instalación de puntos de recarga, permita la producción e importación de baterías y autopartes y cuente con mecánicos y especialistas en el tema.

Por el contrario, en caso de que el país de residencia no cuente con la infraestructura necesaria para ello, no resulta conveniente adquirir uno de estos vehículos.

Conclusiones sobre el estado actual de los vehículos eléctricos

Luego de analizar los distintos parámetros es posible afirmar que, si bien la sostenibilidad es fundamental, no es la única cuestión relevante a la hora de optar por un vehículo eléctrico.

Incluso si fuera posible generar un vehículo que no genere contaminación, lo cierto es que no todos los individuos están dispuestos a cambiar sus hábitos en pos del ambiente.

Resulta fundamental que la sostenibilidad se encuentre acompañada de la rentabilidad. Si el hecho de adquirir y conducir un vehículo eléctrico genera costos extremadamente altos a nivel económico, la mayoría de la población mundial no accederá a comprarlo (¿tal vez alquilarlo o compartilo en sistemas de car sharing…?.

Además, se deben tener en cuenta las cuestiones externas, como el costo de la electricidad y la infraestructura del país. Dichas cuestiones, si bien son ajenas al funcionamiento del vehículo, influyen en la comodidad de su uso.

Por último, el vehículo debe otorgar cierta seguridad (tanto física como jurídica) a su propietario, y sería lógico que con el paso del tiempo y la incorporación de nuevas tecnologías esa seguridad se afiance cada vez más.


Ilustración de la foto de portada:  Adriana Canizo @canizoilustracion

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