El Restaurante no es Responsable por la Lesión Causada por un Hueso en una Ala de Pollo sin Hueso
Un cliente que encontró un hueso en su ala de pollo sin hueso no puede responsabilizar al restaurante por sus lesiones, según el fallo del Tribunal
Un comensal sufrió una lesión tras ingerir un fragmento de hueso en una ala de pollo sin hueso. La decisión de 4-3 del tribunal respaldó la conclusión de las cortes inferiores de que el restaurante no es responsable por las lesiones del cliente.
En 2016, Miguel fue junto con su esposa y algunos amigos, visitó un restaurante que vende pollo. Durante la cena, Miguel ordenó alas de pollo sin hueso con salsa de ajo y parmesano. Al consumir la tercera pieza, sintió que un fragmento de carne bajaba por la garganta de manera incorrecta.
Después de tres días de fiebre y dificultad para comer, acudió a la sala de emergencias, donde los médicos descubrieron un hueso de pollo de aproximadamente 5 cms. atascado en su esófago.
El Tribunal Supremo de Ohio, en una decisión dividida, decidió que los consumidores pueden razonablemente esperar encontrar fragmentos de hueso en alas de pollo sin hueso.
Según el juez Joseph T. Deters, las “alas sin hueso” son un estilo de cocción y no una garantía de ausencia total de huesos. El tribunal sostuvo que un vendedor de alimentos no es responsable cuando un cliente puede esperar razonablemente y prevenir una sustancia peligrosa en la comida. Esta expectativa razonable depende de si la sustancia lesiva es extraña o natural al alimento.
Argumentos y Fundamentos Legales
El fallo se basó en la premisa de que los consumidores deben estar preparados para encontrar fragmentos naturales en los alimentos, como huesos en el pollo. La corte argumentó que Berkheimer debería haber tomado precauciones al consumir las alas, considerando que un hueso podría estar presente, incluso en un producto comercializado como “sin hueso”.
Este fallo establece un precedente importante para casos futuros relacionados con la responsabilidad de los restaurantes y proveedores de alimentos.
La decisión refuerza la noción de que ciertos riesgos naturales inherentes a los alimentos no pueden ser completamente eliminados y que los consumidores tienen un grado de responsabilidad para protegerse contra estos riesgos.
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